La Comunidad gallega ha vivido un mes de junio ligeramente frío y muy húmedo, debido sobre todo a una segunda quincena marcada por los episodios de carácter tormentoso y las lluvias persistentes. El avance del informe climatológico de MeteoGalicia concluye, además, que en este periodo las precipitaciones registradas duplicaron los valores habituales y previsibles para esta época del año.

La anomalía pluviométrica, de hecho, fue la principal característica de junio, que climatológicamente no acostumbra ser muy lluvioso y, sin embargo, este año se cerró en el conjunto de la Comunidad gallega con un 102 por ciento de precipitaciones más de lo esperado.

La explicación a estos datos hay que buscarla en las dos mitades diferenciadas que presentó el mes, con una primera quincena de predominio de las altas presiones y presencia de aire cálido en superficie y, las dos últimas semanas, en las que la cercanía de una borrasca con episodios puntuales de lluvias muy cuantiosas explican que la precipitación total acumulada en todo el mes estuviese muy por encima de lo habitual.

En todo caso, y teniendo en cuenta el periodo de referencia 1981-2010, el comportamiento del pasado junio tiene el precedente reciente de 2018, cuando la anomalía pluviométrica en este mes fue de un 108 por ciento superior a la media histórica.

Asimismo, y aunque en general junio fue un periodo húmedo en Galicia, las mayores concentraciones de lluvia se dieron en la mitad septententrional y en las comarcas de Os Ancares y Xallas, con valores por encima de los 200 litros por metro cuadrado, es decir, casi el doble que la precipitación media acumulada en el conjunto de la comunidad (109 L/m2). Por el contrario, los valores más bajos se concentraron sobre todo en el Baixo Miño, en que se quedaron cerca de los 23 litros por metro cuadrado.

Termómetros bajos

En el análisis de las temperaturas, el informe mensual de MeteoGalicia se concluye que fue un periodo ligeramente frío, teniendo en cuenta que la anomalía media de la temperatura fue de apenas 0,38 grados menos con respecto a los valores del periodo de referencia.

Pese a que los termómetros alcanzaron valores próximos a los que se pueden considerar normales, es preciso subrayar también que el mes presentó una variabilidad "importante".

Durante las dos primeras semanas, predominó el calor y el tiempo anticiclónico, lo que hizo que las temperaturas se situaran por encima de los valores históricos, pero a medida que avanzó el mes, la inestabilidad fue revirtiendo esta situación.

De hecho, los episodios de aire frío detectados a partir del 17 de junio anularon las anomalías positivas de la primera quincena, de form que junio en su conjunto acabó con medias por debajo a lo habitual.

Por zonas, en muchas localidades gallegas el mes fue incluso frío, al respecto de lo que ha destacado el este de la provincia de Lugo, la comarca de A Coruña, las mesetas y gran parte de la provincia de Ourense.

La excepción fue la comarca de Verín, que vivió un mes cálido, con una temperatura media de 1,1 grados por encima de la habitual en esta zona.

Embalses

Por otro lado, los embalses de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil está al 62,8 por ciento, frente a la media española que está en el 55,4 por ciento de su capacidad total. Son 1.904 hectómetros cúbicos, frente a los 2.362 del año anterior y los 2.290 de la media de los últimos diez años.

Por su parte, los embalses de la cuenca Galicia Costa se sitúan al 76 por ciento de su capacidad, 520 hectómetros cúbicos, frente a los 541 del año pasado y los 549 de media en la última década.