Los gastos corrientes en bienes y servicios se llevan la mayor partida de los presupuestos de los ayuntamientos gallegos. Es el desembolso destinado al funcionamiento del municipio, alumbrado, agua, limpieza, mantenimiento de colegios, cuidado de parques y jardines, y un larguísimo etcétera. En 2020, los 313 concellos dedicaron a esta partida 1.105 millones. El 45,4% del total. Pero hay una segunda partida —la segunda en importancia— que supone un tercio del gasto de los ayuntamientos: los sueldos de sus plantillas. El año pasado, los costes de personal en los municipios de la comunidad alcanzaron los 817 millones (el 33,6% del total). Es la primera vez que se superan los 800 millones. En 2019 habían sido 773.

De media, los Concellos dedican un tercio de sus presupuestos a abonar los sueldos de sus trabajadores. Pero hay casi medio centenar (46) que utiliza más de la mitad de los fondos de los que disponen cada año para pagar a sus empleados.

Un año después de los comicios municipales de mayo de 2019, la gran mayoría de estos 46 ayuntamientos estaban en las provincias del interior: en Lugo y Ourense había 18 en cada una, mientras A Coruña acogía ocho y Pontevedra solo dos, según los datos del Ministerio de Hacienda.

La mayor parte de los que dedicaron en 2020 más del 50% de su presupuesto a pagar las nóminas son pequeñas poblaciones. Solo O Barco de Valdeorras supera los 10.000 habitantes, mientras que 30 de los 46 tienen menos de 2.000 vecinos. Los concellos coruñeses que están incluidos en esta lista son Monfero (50% de su presupuesto en sueldos), Cariño (50%), A Pobra do Caramiñal (50%), Boimorto (56%), Ortigueira (56%), Santa Comba (56), Muros (57%) y Corcubión (67%). Además de este último hay otros dos ayuntamientos en Galicia que superan el 67%: Monterroso con el 67,8% y Samos que dedica siete de cada diez euros de su presupuesto a pagar las nóminas de sus trabajadores.

De las siete grandes ciudades gallegas, las dos más pobladas son las que dedican menos partida para los sueldos de sus empleados. En A Coruña representa el 26,5%, mientras que en Vigo es el 28,8%. Por debajo del 30% también se sitúan Santiago con el 29,4% y Lugo con el 29,7%. La que más es Ourense que ronda el 40% (38,9%) mientras que Ferrol también supera el tercio de los gastos totales (35,5%). En Pontevedra alcanza el 31,4%.

Hasta la pasada crisis económica, la partida dedicada a pagar a las plantillas de los municipios no paró de aumentar. El techo se tocó en 2009 cuando se alcanzaron los 772 millones. Pero a partir de 2010, cuando arreciaba la crisis, y con llamadas constantes a la austeridad en las administraciones locales, los ayuntamientos gallegos aplicaron la tijera a sus respectivas plantillas. La consecuencia fue una bajada del 15% de la cifra dedicada a los sueldos hasta los 652 millones en 2012. Y desde entonces, acumula ya ocho años de incrementos ininterrumpidos hasta los 817 del año pasado. En estos ocho ejercicios, el incremento ha sido del 25%. La subida en 2020 fue del 5,2%.

De los 817 millones que los municipios de la comunidad se gastaron en nóminas en 2020, la mayor partida se destinó a la remuneración del personal funcionario (67%); seguido del personal laboral (26%) y a pagar las cuotas, prestaciones y gastos sociales (23%). El coste en altos cargos representó el 3,3% y el del personal eventual de gabinetes, el 0,8%.

La partida dedicada al personal de confianza se ha disparado un 38% desde 2012

Dentro de las plantillas de los ayuntamientos gallegos aparece la figura del personal eventual que son empleados nombrados para realizar funciones de confianza o asesoramiento especial de altos cargos o autoridades, ya sea con carácter permanente o no. Es decir, asesores que se contratan sin ningún concurso público. A diferencia de otros grupos de empleados públicos, que consiguen su plaza por medio de un proceso selectivo (oposición, concurso-oposición, concurso de méritos...), los trabajadores eventuales son nombrados (o cesados) libremente por parte de la autoridad competente y no deben superar ningún tipo de prueba teórica y/o práctica para lograr este puesto de trabajo. Entre 2012 y 2020, la partida que dedican los municipios gallegos para abonar las nóminas de todos sus trabajadores ha aumentado un 25% al pasar de los 652 millones a los 817. Dentro de ella, el concepto que más ha crecido, de los siete en los que se desglosan los gastos de las respectivas plantillas, es el de la retribución al personal eventual de gabinete que lo ha hecho un 38%. Los concellos abonaron en 2020 en personal de confianza 7 millones, frente a los 5,1 de 2012. La parte dedicada a los sueldos de altos cargos de los ayuntamientos, entre los que se incluyen el alcalde y los concejales creció entre 2012 y 2020 un 21% (de 22,7 a 27,7 millones), mientras que la del personal funcionario lo hizo en un 35%: de 249 a 338 millones.