El factor humano causa el 90% de los accidentes de tráfico. Tras las distracciones, los excesos de velocidad o el consumo de alcohol y/o drogas, entre otros incumplimientos al volante, el estado del vehículo y también el de la carretera son los factores que más inciden en la siniestralidad viaria.

En España hay 500 tramos de carreteras convencionales y autovías que son una amenaza para los conductores, ya que presentan un índice de peligrosidad, como mínimo, diez veces superior al de la media. De estos puntos negros identificados por el colectivo Automovilistas Europeos Asociados (AEA), en un informe que analiza la accidentalidad en la red viaria del país en el periodo 2015-2019 a partir de datos del Ministerio de Transportes, Galicia concentra 38 —6 en la provincia de A Coruña, nueve en la de Lugo, 13 en la de Ourense y los diez restantes en la de Pontevedra—. Este balance convierte la red secundaria de la comunidad gallega en la quinta más peligrosa para la conducción, con casi el 8% del total de los kilómetros de riesgo detectados en el conjunto del país, por detrás de Castilla y León (107 tramos), Andalucía (73), Aragón (69) y Castilla-La Mancha (68).

A estos tramos con elevado índice de siniestralidad en carreteras secundarias y autovías se suman 100 más identificados en las autopistas españolas, con 9 puntos en las vías de pago de Galicia: cuatro en la AP-9, la autopista del Atlántico que arranca en Ferrol y llega hasta Tui, y los cinco restantes en la AP-53, entre Santiago y Dozón.

A la cabeza de los tramos de riesgo en España, según el informe de AEA, está el kilómetro 245 de la N-2 (Zaragoza), con un índice de peligrosidad que supera en 686 veces la media nacional. Como tendencia positiva, el estudio señala que en el último quinquenio ha bajado el índice de accidentes con víctimas por kilómetro, “el indicador más fiable” para medir el riesgo al que se exponen los conductores en las vías. Y, en efecto, el índice de peligrosidad medio (IPM) —(número de accidentes con víctimas en un tramo de un 1 kilómetro según el número de vehículos que usan esa vía)— ha disminuido un 3% respecto al quinquenio anterior (9,5 puntos frente a 9,8). Sin embargo, el estudio ha detectado más tramos de alto riesgo (51 repiten de nuevo en este periodo analizado y en 39 ha aumentado su índice de peligrosidad).

AEA ha tenido en cuenta los tramos de un kilómetro de carreteras con un IPM igual o superior a 100 en los cinco últimos años, es decir, diez veces más que la media nacional (9,5). Y el número de tramos con esas características ha pasado de 180 del análisis anterior (2014-2018) a los 500 que refleja el estudio recién publicado. En esos tramos se han registrado 1.685 accidentes y 2.523 víctimas, la mayoría heridos leves.

Aunque el más peligroso de la red secundaria es el kilómetro 245 de la N-2, el informe de AEA alude también al kilómetro 12 de la A-55 (en Mos, Pontevedra) como “el tramo que contabiliza más accidentes (108) y víctimas (194) de la Red de Carreteras del Estado”. No obstante, en el estudio de este año “no aparece entre los 500 más peligrosos porque ha mejorado su índice de peligrosidad respecto a periodos anteriores”.

En los casi 2.400 kilómetros de red convencional y autovías analizados por AEA en Galicia, han sido detectados 38 puntos de riesgo que durante el último quinquenio sumaron 126 accidentes con un herido o un fallecidos y 183 heridos o muertos. En concreto, la provincia de A Coruña concentra seis: cuatro en la N-547, a su paso por Melide; y dos en la N-6, en Aranga. De Lugo aparecen nueve tramos en el informe de AEA: la A-54, la N-120, la N-547, la N-VI, la N-634, tres puntos de la N-640 y la N-642. En Ourense hay 13 puntos peligrosos: dos en la N-120, siete en la N-525, uno en la N-532 y tres en la N-541. Y finalmente en el mapa de la red convencional de Pontevedra hay 10 tramos de un kilómetro especialmente peligrosos: dos en la N-120, otros dos en la N-525, uno en la N-541, otro en la N-551, dos en la N-559 y dos en la N-640. Es precisamente el punto de la N-640, a su paso por la localidad pontevedresa de A Estrada, el más conflictivo de Galicia, que ocupa el puesto 55 en la lista nacional, seguido por el tramo de la N-559 en Pontevedra (puesto 57) y la N-525, en A Gudiña (59). De A Coruña, están señalados en rojo dos puntos de la N-VI, a su paso por Aranga (puesto 165 y 169 de la red convencional y de autovías del país).

Además de los 500 puntos de alto riesgo de la red secundaria y de las autovías, el informe de AEA apunta un centenar de tramos peligrosos en las autopistas del país, nueve de ellos en vías de pago de Galicia. En la AP-9 fueron identificados cuatro (tres a su paso por Padrón y otro en las inmediaciones de Santiago) y en la AP-53 otros cinco (todos ellos en las proximidades de Compostela).

Cuarenta muertos en las carreteras gallegas en seis meses, casi el doble que hace un año

Galicia cierra el primer semestre del año con casi el doble de fallecidos que hace un año. La desescalada, con el levantamiento de los toques de queda y de los cierres perimetrales ha tenido un impacto negativo en las carreteras del país, con un aumento de la accidentalidad respecto al año COVID, marcado por el estado de alarma entre el 14 de marzo y finales de junio. En los primeros seis meses de 2021, la comunidad gallega registró 40 víctimas mortales en 36 accidentes de tráfico, frente a las 21 víctimas en 20 siniestros del primer semestre de 2020, lo que se traduce en un incremento del 90,5% de los fallecidos y de un 80% de los accidentes mortales.

Por provincias, las de A Coruña y Pontevedra concentraron cada una 15 fallecidos, que suponen un aumento del 87,5 y del 200%, respectivamente, al cerrar el primer semestre de 2020 con ocho víctimas en la primera y cinco en la segunda. Lugo registró este semestre seis muertos, un 20% más que las cinco víctimas del año anterior; mientras que Ourense contabilizó cuatro fallecidos, uno más (33,3%). Para tratar de atajar los excesos de velocidad en las carreteras del país, la DGT puso en marcha ayer una campaña especial de vigilancia que se prolongará hasta el próximo domingo. Detrás de la cuarta parte de los siniestros viarios con fallecidos está la velocidad como causante.