13 aerogeneradores con una altura de casi 200 metros, algunos a escaso medio kilómetro de las viviendas. Junto a los transformadores de viento en energía eléctrica, las líneas de alta tensión, con torretas de 39 metros de altura, y dos subestaciones transformadoras que se instalarán a lo largo de 45,5 kilómetros, atravesando varios municipios, desde Monfero hasta Mesón do Vento. Es el parque eólico que Iberdrola se propone construir en Pena do Corvo, una ruta que forma parte del parque natural de las Fragas do Eume, pese al informe contrario de la Xunta. Este es uno de los 35 proyectos tramitados por el Gobierno central que se ha topado con un informe contrario de la Administración gallega.

Para tratar de frenar la instalación de este parque eólico cuyo trámite depende del Ejecutivo central por superar los 50 megavatios, la plataforma Monfero di non, que ya ha presentado más de 1.700 alegaciones al proyecto, ha convocado para este jueves ante la Delegación del Gobierno, con sede en A Coruña, una manifestación bajo el lema Aldeas libres de macroeólicos.

El colectivo, integrado por vecinos afectados, tratará de reunirse con el delegado del Gobierno, José Miñones, para pedirle explicaciones sobre los motivos que han llevado al Ministerio de Transición Ecológica a aceptar tramitar proyectos que están fuera del Área de Desarrollo Eólico de Galicia y que también tienen el informe negativo de la Xunta.

Tanto a la concentración convocada para este jueves como a las demandas del colectivo Monfero di non se suman otras plataformas como las de Fene, Neda, Cabanas, Monte do Gato, Montes do Chá y Serra de Outes, entre otras.

Desde Galicia en Común, el diputado Antón Gómez-Reino ha formulado varias preguntas al Ministerio de Transición Ecológica sobre el proyecto de Iberdrola en Pena do Corvo, que además de a Monfero también afecta a los municipios de Betanzos, Carral, Coirós, Irixoa y Ordes.

Esta comarca, según apunta Gómez-Reino, centra su actividad en el turismo, la agricultura, la ganadería y la explotación forestal: “Esta ofensiva eólica solo tendría efectos negativos para la despoblación de Monfero. Tenemos que apostar por una transición ecológica —apunta— pero teniendo en cuenta la salud de las personas, el paisaje y las actividades agrícolas”.

Desde Unidos Podemos, reiteran que estos espacios deberían estar protegidos bajo el amparo de la Red Natura 2000, una petición que —recuerda Gómez-Reino— la Unión Europea hizo a la Xunta en 2011 y en la que insistió el año pasado, “pero a la que el Gobierno de Feijóo —cuestiona— hizo caso omiso”.