2021 se hace cuesta arriba para el sector lácteo. Para muchos productores la situación ya es de “ruina total” y han tenido que echar el cierre. La subida de las materias primas junto con el alza de las facturas de la luz y del gasoil hacen cada vez más inasumibles los costes de producción ya que el precio que perciben los ganaderos por cada litro de leche que sale de sus explotaciones se queda muy por debajo de los gastos que tienen que afrontar cada mes. Hasta 1.400 euros de pérdidas mensuales asumen los productores gallegos por los bajos precios que perciben de la industria —36 céntimos por litro—, una tarifa que los sitúa en el furgón de cola de España y de la UE.

Producir hoy un litro de leche en Galicia cuesta hoy casi un 30% más que a finales del año pasado. Frente a esta subida de los costes de producción (abonos, piensos, electricidad y combustible), el incremento de los ingresos del sector lácteo en España este año ha sido de solo el 1,8%, cuatro veces menos que en el conjunto de la Unión Europea (8,4%). Muy por encima del aumento registrado en la cabaña gallega, en países como Irlanda, los precios de la leche en el campo subieron un 22,6% en el último año, en Bélgica un 19,3%, en Países Bajos un 15,4%, en Polonia un 13,4% y en Alemania un 10,5%. Solo Grecia y Croacia experimentaron un menor crecimiento en los precios que España, con un 0,6% y 0,9%, respectivamente. Y en el lado negativo, Italia, Eslovaquia y Portugal, donde los productores afrontaron una caída del 0,3%, junto con las explotaciones en Chipre (-0,5%) y Finlandia (-1,8%).

Las cooperativas lácteas señalan a la gran distribución como responsable de bloquear los precios del mercado en toda la cadena (granja, industria y supermercado). Desde, la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca) reclaman al Ministerio de Agricultura medidas para regular el sector, de forma que la situación no se convierta en un “sálvese quien pueda” como está ocurriendo en la actualidad.

En concreto, Agaca pide que se apliquen de manera inmediata y práctica herramientas políticas ligadas al Acuerdo Lácteo del año 2015, que permitan una remuneración idónea en todos los ejes de la cadena. “El propósito a alcanzar es el fortalecimiento de los productores y de las cooperativas ante la anemia que padece el mercado, comprimido por la gran distribución”, defiende Agaca. Para las cooperativas lácteas también resulta necesario que Agricultura aborde una modificación de la figura de las organizaciones de productores para, con los apoyos públicos necesarios, “hacerlas efectivamente reguladoras en un mercado libre y sin excedentes puntuales, y mejorar racionalmente la legislación que afecta a la figura de los primeros compradores lácteos”.

‘Dumping’

“A esta situación se une la práctica real del dumping”, critica Agaca, que entiende que los países de Centroeuropa están enviando sus excedentes a España, principalmente en forma de quesos, a bajos precios con los que no puede competir la industria española.

Con las estadísticas y estudios oficiales y el decreto de precios de cesión, reiteran, el departamento que dirige Luis Planas dispone de información “de sobra” para conocer el “deterioro brutal” de los rendimientos que se está produciendo en el sector productor, que —advierten— pone en peligro su sostenibilidad.

“Es clave buscar la sostenibilidad en la cadena de valor, actuando sobre la práctica real de competencia, para evitar que los oligopolios de la distribución —cuestionan— fijen las rentabilidades fuera de la lógica de los mercados como sucede en este momento”.

Para las cooperativas, la situación de bajos precios y de importaciones europeas está provocando el deterioro de toda la cadena de la leche: “Estos abusos de oligopolio de la gran distribución y las prácticas tradicionales entre países de la UE de dumping llevan a que los ganaderos reduzcan producción en España en lo que va de 2021, y a que sigan los abandonos de explotaciones lácteas en un promedio entre el 5% y el 6% anual. Esta situación no es sostenible, pero no nos resignamos al “sálvese quien pueda” de las autoridades”, advierten.

Como responsables de estos bajos precios en origen, las cooperativas lácteas apuntan a la gran distribución. “Los movimientos iniciados a finales del pasado año por la gran distribución anunciando e imponiendo unilateralmente una bajada de precios de la leche en la cadena de valor comienzan a causar daños en las rentabilidades de las explotaciones lácteas gallegas ante la escalada de las materias primas de alimentación animal, la subida constante de los costos energéticos y demás costos”, sentencian.

El fin de las cuotas no salva al sector, con 3.000 granjas menos en Galicia desde 2015

Aunque el fin de las cuotas lácteo se presentó como la solución para regularizar la producción, romper el desequilibrio entre la industria y los ganaderos y garantizar los precios de venta, la liberalización del mercado en 2015 no puso fin a los problemas que afrontan a diario las explotaciones: escasa rentabilidad, concentración en un puñado de comarcas y bajos precios al productor. Desde la desaparición del sistema de cuotas, hace ya más de seis años, más de 3.000 granjas lácteas desaparecieron del mapa gallego. Solo en 2020, fueron un total de 334 las que echaron el cierre en Galicia, más de la mitad de los abandonos registrados en toda España el año pasado (608).

Al cierre de 2020, eran apenas 6.800 las explotaciones lácteas que mantenían sus actividad en la comunidad, una cifra mínima histórica en las últimas tres décadas y que supone la mitad de los que había antes de la crisis de 2008 cuando superaban las 13.500. El cierre de granjas en Galicia se produce al mismo tiempo que aumenta la producción de leche. Hay menos explotaciones, pero producen más ya que suman un mayor número de cabezas. Galicia concentra casi el 40% de la producción láctea de toda España. En 2020, por quinto ejercicio consecutivo, el lácteo gallego batió el récord: casi 2,9 millones de kilos de leche de los 7,3 que se vendieron en el conjunto del país.