Al límite y, cada vez más, ya declaradas en ruina. Las explotaciones lácteas que sobreviven a esta nueva crisis de precios, marcada por el alza de los costes de producción en el último año de hasta un 30% (abono, piensos, luz y combustible) han dado un ultimátum a la industria con un plazo que expira este mes de agosto: si con la revisión de los contratos a partir del próximo día 20 no ajustan el precio en origen a los gastos que tienen que afrontar para producir cada litro de leche que sale de sus granjas tomarán acciones legales. Y lo harán denunciando el incumplimiento del acuerdo lácteo ante la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Agricultura encargado de velar por el cumplimiento de los pagos. La hoja de ruta del sector incluye también movilizaciones por toda la comunidad a partir del próximo mes de septiembre.

Hasta tres céntimos más que hace un año les cuesta a los ganaderos producir un litro de leche por el aumento de las facturas que tienen que afrontar cada mes: los costes de alimentación más altos desde 2013, recibos de la luz en máximos históricos y un encarecimiento del precio del gasóleo del 30% en apenas un año.

“O se garantizan unos precios justos para la leche o se tomarán acciones legales”, advierte Félix Porto, responsable de Coordinación sectorial e Área Externa de Unións Agrarias. El objetivo es poner fin a la “anómala situación que lleva ya demasiado tiempo poniendo en riesgo la viabilidad de las explotaciones y hacer cumplir la Ley de Cadena en el sector lácteo”. Pese a la ligera alza experimentada en los precios, hasta 32 céntimos el litro, todavía no bastan para cubrir los costes de producción, fijados por el propio Ministerio de Agricultura en 35 céntimos. Este leve incremento se queda sin embargo cuatro veces por debajo del experimentado en el conjunto de Europa: un 1,8% más de media en España frente a más del 8% en la UE.

Las cuentas de las explotaciones gallegas son las que sufren el mayor impacto en pérdidas, ya que son las que afrontan los precios en origen más bajos de todo el país. Esto se traduce en unas pérdidas de 1.400 euros al mes por percibir unos precios de la industria que no llegan para cubrir los costes en sus explotaciones.

Por ahora, en Galicia hay dos industrias que se negaron de plano a revisar al alza los contratos y cuatro distribuidoras que, por el contrario, ya subieron el precio de la leche en su marca para que les repercuta a los productores. “Solo pedimos que se cumpla la ley, ningún eslabón de la cadena puede estar por debajo de los costes de producción. La subida en dos céntimos es un buen comienzo para que la situación comience a estabilizarse, pero a los ganaderos les cuesta casi tres céntimos más que hace un año producir un litro de leche”, detalla Félix Porto, al tiempo que denuncia que lo que se está haciendo ahora por parte de la industria es firmar contratos de adhesión o en los que no se permite la modificación de los precios. “Si este mes de agosto no se produce cambio alguno —avanza— presentaremos denuncias formales ante la AICA, y esperamos que las administraciones estén a la altura de las circunstancias”.

El actual modelo, según denuncia el sector lácteo, ha llevado al cierre a cada vez más explotaciones familiares —más de 300 el año pasado, la mitad de las afectadas en toda España—. “Hay que poner freno a esta situación. No parece lógico que sea necesaria una actuación sindical para hacer cumplir la ley: lo lógico sería que el Gobierno y los juzgados se encargasen”, lamentan desde UUAA.

En estos momentos, UUAA trabaja en la recogida de datos del sector. Su intención es rebajar la información contable de los cerca de 2.500 ganaderos que forman parte de la organización de productores Unión Leiteira Galega (Ulega), la mayor de España, a la nueva aplicación puesta en marcha por la Xunta, Conta Láctea. ¿El objetivo? “Demostrar con la mayor cantidad posible de datos una realidad que ya dibujaban las cifras con las que trabaja el Ministerio: que las industrias están pagando a los productores por debajo de lo que a estos les cuesta producir”, zanjan desde la central sindical.