El impacto de la pandemia ha tenido, y tiene, consecuencias económicas, políticas y, también, sociales. Un ejemplo de estas últimas son las nacionalizaciones de extranjeros que el pasado año se desplomaron casi a la mitad en Galicia. Un total de 1.205 extranjeros residentes en la comunidad —649 mujeres y 556 hombres— adquirieron la nacionalidad española en 2020, lo que supuso un descenso del 43,8% frente a los 2.145 del año anterior. A nivel nacional, la caída fue del 50,7%, al pasar de 162.799 a 80.148 casos. Descendieron las peticiones de nacionalizaciones, pero, sobre todo, su tramitación debido al parón provocado por la pandemia.

La cifra de inmigrantes que consiguió la nacionalidad en Galicia el año pasado fue la más baja desde 2008, con la excepción de 2013 que debido a un fallo informático por el cambio de sistema en el Ministerio de Justicia para controlar estos procesos el número se redujo a 496.

Desde 2008 hasta el pasado año, han obtenido el pasaporte español en Galicia un total de 33.461 extranjeros. En 2013 se logró el récord histórico debido a la decisión del Gobierno central de delegar en los registradores de la propiedad el trámite para conseguir la nacionalidad que antes realizaban los funcionarios del Estado.

Se puede optar a la nacionalidad por varios motivos. El principal es llevar un tiempo residiendo en España. La mayoría de los que piden el pasaporte español son personas que llevan ya años en el país.

Si conseguir la nacionalidad puede demorarse hasta tres años por la lentitud de los trámites, la obligación de superar las pruebas instauradas desde 2015 como requisito para convertirse en español retarda aún más el proceso y si se produce una pandemia como la del coronavirus el retraso es aún mayor.

El Gobierno exige a los inmigrantes superar un test de nacionalidad para obtener el DNI español. Si además proceden de países de lengua no hispana, deben hacer otro examen de castellano.

También se les requiere que acrediten que disponen de medios económicos para quedarse en España o bien de un trabajo. Y, en todo caso, desde que piden obtener el pasaporte español, la tramitación puede demorarse tres años o más.

Las solicitudes se presentan en el Registro Civil. De ahí se remiten al Ministerio de Empleo, que revisa el expediente y lo devuelve a los registradores. Los inmigrantes deben presentar testigos que juren que los conocen y que llevan residiendo el tiempo que se les exige en España. Y también deben someterse a una entrevista con la policía. Finalmente, su solicitud vuelve al Gobierno que es quien autoriza la concesión de la nacionalidad.

De los 1.205 inmigrantes que se nacionalizaron hace un año en Galicia, el grupo más numeroso fue el de los cubanos con 189 —el 15%—, seguidos de los venezolanos (154), marroquíes (148) y brasileños (124). La suma de estas cuatro nacionalidades representa la mitad del total.

Casi el 73% de los que lograron el pasaporte español para residir en Galicia (878) procedía de países de América del Sur. La prevalencia de los ciudadanos iberoamericanos entre los solicitantes provoca que obtengan la nacionalidad tras al menos dos años de residencia, mientras que el 27% restante ha tenido que cumplir el requisito de llevar viviendo una década en el país. Además de los iberoamericanos, el tiempo de residencia se reduce a dos años entre los procedentes de Andorra, Filipinas, Guinea, Portugal o países sefardíes. También tienen condiciones diferentes los que contraigan matrimonio con un español o española, los nacidos en España de padres extranjeros o los descendientes de españoles.

Por edades, uno de cada cuatro correspondió a la franja de 18 a 34 años, con 322 permisos, y un 45% —552— tenía entre 35 y 49 años. Así, siete de cada diez inmigrantes nacionalizados en Galicia el año pasado oscilaban entre los 18 y los 49 años. Los grupos menos numerosos fueron los de 0 a 7, con 81; los que tenían entre 49 y 64 (204) y los jubilados, con menos de 40.

Por provincias, cuatro de cada diez pasaportes otorgados en la comunidad se registraron en A Coruña, que se quedó cerca del medio millar con 499 resoluciones, mientras que las 417 aprobadas en Pontevedra representaron un tercio. Las 153 nacionalidades concedidas en Ourense y las 136 en Lugo sumaron 289, un 42% menos que las tramitadas en la provincia coruñesa y un 30% por debajo de las gestionadas en la pontevedresa.