En noviembre de 2019, tomó las riendas de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp). En estos casi dos años, con la pandemia de por medio, los ayuntamientos han tenido que asumir nuevas competencias con los mismos medios económicos que tenían. Esta es la principal queja de Alberto Varela, quien también reclama mayor comunicación con la Xunta.

Sus primeras palabras al frente de la Fegamp fueron para reclamar que a los concellos se les dote de mayor autonomía y autosuficiencia financiera. ¿Ha habido avances?

Queda muchísimo camino por recorrer. Lo más inmediato que hemos conseguido ha sido eliminar las reglas de gasto y los corsés que nos estableció la ley Montoro. Tiene que haber más avances en la financiación de las administraciones locales y en las leyes que regulan las competencias.

Las discrepancias sobre las competencias iba a ser una de las siguientes preguntas, pero ya veo que las ha nombrado nada más empezar la entrevista.

Ya me adelanté entonces.

No pasa nada. Hablemos de las competencias.

La Federación gallega, que somos el interlocutor más inmediato con la Xunta, le pide a la administración autonómica que haya una delimitación correcta de competencias, que no siga cargando a los ayuntamientos con competencias que no les corresponden y aprobando leyes que cargan nuevas responsabilidades a los ayuntamientos sin la financiación adecuada.

Hubo la posibilidad de realizar una auditoria conjunta sobre las competencias, pero al final no se llegó a un acuerdo.

Tanto la Fegamp como la Xunta nos comprometimos a hacer una auditoria para evaluar las competencias que estaban asumiendo unos y otros. No hubo un entendimiento para crear un único grupo. Por lo tanto, la Xunta está estudiando por su parte las competencias y la Fegamp está haciendo lo propio. Queda muchísimo camino por recorrer.

Desde fuera da la sensación de que los ayuntamientos son los últimos invitados a la fiesta y que además les hacen pagar una parte de esa fiesta sin que les avisen de ello.

Los ayuntamientos de lo que no nos quejamos es de asumir responsabilidades, pero si se nos pide que las asumamos, pedimos que se nos posibilite tener los medios para realizarlas con eficacia. Lo defines muy bien. Somos como el cajón de sastre en el que las competencias que nadie quiere acaban en la administración local. Y con la crisis sanitaria se agravó aún mucho más.

Y casi con los mismos recursos.

Los ayuntamientos hemos pasado con nuestros recursos de siempre a asumir todo tipo de funciones que no nos correspondían y sin la información adecuada y sin los medios adecuados. Y podemos poner muchos ejemplos.

Por ejemplo.

Se nos pide de un día para otro que controlemos con nuestras policías locales los espacios públicos para cumplir las medidas sanitarias que imponen otros. Se nos pide que demos ayudas a todo tipo de pequeño y mediano comercio sin ningún tipo de fondo extraordinario; desinfectamos colegios; habilitamos albergues en pabellones para personas sin hogar y que no estuviesen en la calle durante el confinamiento…

Pero estas peticiones no son algo nuevo.

Cierto. Esta circunstancia ya existía. Ya asumíamos competencias que entendemos que no nos correspondían, como el mantenimiento de los centros educativos, por poner un ejemplo, y ahora se ha agravado mucho más con esta crisis sanitaria.

Casi todas sus quejas vienen por actuaciones de la Xunta (PP). ¿Cómo son las relaciones con la Femp presidida por un socialista? ¿Es más complicado llegar a un acuerdo cuando cada institución es de un partido diferente?

Las dos instituciones tenemos que estar por encima de colores políticos y tratar de velar por los intereses generales. Hay ocasiones en las que se consiguen y muchas otras que no. La reivindicación que surgió de la Fegamp en los últimos meses, y que le podíamos reprochar a la Xunta, es que no haya atendido a la demanda de fondos extraordinarios para los ayuntamientos como se le pidió también al Gobierno del Estado. No distinguimos entre una administración y otra. Se les pidió a ambas y no se atendió.

Un ejemplo de esta falta de sintonía fue la propuesta de destinar el 1% del presupuesto de todas las administraciones para apoyar a la hostelería. No hubo acuerdo.

No se llegó a un acuerdo, porque la propuesta inicial de la que se partía no parecía defendible para un alcalde. La propuesta era hacer una bolsa común y que el dinero de un ayuntamiento, de los que aportasen, se fuese para el ayuntamiento de al lado. ¿Cómo va a defender un alcalde que vas a dar dinero de tu ayuntamiento al de al lado que no aportó?

Este mes, su partido, el PSdeG, es noticia por limpiar los trapos sucios en las páginas de los periódicos. ¿Le parece bien que el debate sea público o los trapos sucios se lavan en casa?

Cualquiera que me conozca sabe mi opinión y siempre voy a ser partidario de que existan los debates. Y eso es bueno y enriquecen los partidos…

Pero…

Pero los debates internos corresponden hacerlos internamente.

¿Cuáles son los retos pendientes más inmediatos que afronta la Fegamp?

Los más inmediatos son que todas las administraciones seamos capaces de sentarnos todas las veces que sean necesarias para que haya una mejor coordinación en todo lo que queda por delante de una crisis sanitaria que todavía no está superada. Si estamos todos coordinados seguro que la solución y el camino van a ser más fáciles que si cada uno hace la guerra por su cuenta.

¿Algún reto más a corto plazo?

Otra cosa inmediata es que consigamos llegar a un entendimiento para que la aportación a algo tan importante como es la ayuda a domicilio, que está ahogando bastante las arcas municipales, sea mayor tanto de la Xunta como del Gobierno central. Esos son objetivos a corto plazo.

¿Y a largo?

A más largo plazo, ser capaces de llegar a alguna conclusión sobre el estudio de competencias y empezar cada uno a asumir las que les corresponde y, por supuesto, conseguir una reforma de la financiación local y de las competencias de las administraciones porque es fundamental. Los ayuntamientos tienen que tener más recursos para todas las competencias que se les están cargando.

¿Hay buena comunicación entre la Xunta y la Fegamp?

Es algo que se reiteró en muchas ocasiones: es necesaria una mayor fluidez de información. Al principio de la crisis sanitaria se nos negaba incluso a los ayuntamientos la información por concellos de cómo estaban. Si se nos está pidiendo que seamos nosotros los que asumamos la mayor parte de la responsabilidad del control de las cuestiones sanitarias en nuestros ayuntamientos, lo lógico es que nos sentemos periódicamente para coordinar qué es lo que se va a encargar a las administraciones locales y que no nos tengamos que enterar cuando la decisión está ya tomada u, otras veces, incluso por el propio Diario Oficial de Galicia para saber cuáles son las medidas que podemos aplicar. Eso se podría corregir. Se debe corregir. Y estamos a tiempo de corregirlo.

Una de las medidas recogidas en la ley de reactivación económica que impulsó el PP en el Parlamento es que se autoriza que determinadas gestorías puedan tramitar licencias de obra con el fin de acortar los plazos. Ustedes lo rechazaron.

Se nos imponen una serie de normas. Y lo único que nos queda en los periodos de alegaciones es alegar, que fue lo que hicimos, y una vez aprobada la norma, acatarla. Que vengan empresas certificadoras menoscaba la autonomía local y a los técnicos municipales y considerábamos que se pueden generar problemas y discrepancias en lo que certifica una empresa privada y lo que informan los técnicos municipales. Eso fue lo que se planteó por parte de la Fegamp. La Xunta no consideró esas alegaciones y esa norma está aprobada. Vamos a ver ahora cómo funciona en la práctica, porque muchas veces las cosas que están sobre el papel después, en el día a día y en la práctica, no funcionan tan bien.