La recuperación de la movilidad este verano y la afluencia de visitantes a Galicia, con cifras preCOVID en algunos lugares, generó una consecuencia en las carreteras. El sector de Tráfico de la Guardia Civil de Galicia detectó a casi 4.200 conductores que circulaban bajo el efecto del alcohol o las drogas, más del doble que en 2020.

En el caso del alcohol, fueron denunciadas 3.159 personas, más del doble que el año anterior, que fueron 1.551. En el caso de los conductores interceptados bajo los efectos de estupefacientes fueron 1.049, lo que supone 900 más que en el mismo periodo del 202

El aumento de estos casos es debido, en gran parte, al mayor número de controles realizados, si bien la tendencia al alza es “preocupante” para las autoridades.

Estos datos fueron desvelados ayer por la subdelegada del Gobierno en Galicia, María Rivas, en un balance de los principales datos de la campaña de tráfico en la comunidad. Los efectivos de Tráfico también pusieron 35.846 sanciones por exceso de velocidad, 10.500 más que en 2020 y 16.600 más que en 2019.

Durante su intervención también se refirió a las diez víctimas mortales en las carreteras gallegas entre julio y agosto, siete personas menos que en los veranos de los dos últimos años, lo que representa el mejor balance de mortalidad de la última década, con un descenso del 42 % respecto al año anterior, en el que la situación sanitaria produjo un descenso significativo de la movilidad.

En el mes de julio se registraron cuatro muertes, diez menos que el año pasado, mientras que en agosto hubo seis, tres más que en 2020.

En estos meses, 45 personas resultaron heridas graves en accidentes, casi la mitad de los damnificados en 2020. Además, se contabilizaron 490 accidentes con heridos, 18 menos que en el 2019 y dos menos que en 2020.

La mitad de los fallecidos fueron usuarios vulnerables, ya que tres eran peatones y dos, motoristas. Esta, aseguró Rivas, sigue siendo una de las principales preocupaciones, informa Efe.

Además, cuatro de los diez fallecidos tenían menos de 44 años, ya que hubo dos de entre 15 y 24 años, otros dos de entre 25 y 34 años, uno entre 35 y 44, dos de entre 45 y 54 años, uno de entre 55 y 64 años y otros dos de más de 65 años. Asimismo, nueve de estos accidentes fueron en carreteras convencionales.

Por provincias, Pontevedra acumuló tres víctimas (seis menos), A Coruña, seis (dos más); y Ourense, una (una menos). Por su parte, Lugo no contabilizó ninguna muerte (una menos que el año pasado).

Desde el 1 de enero al 31 de agosto se contabilizaron 50 muertes, trece menos que en 2019 y doce más que en 2020.