Los dos incendios que han arrasado más de 1.700 hectáreas de terreno en el concello lucense de Ribas de Sil ha dejado una parte del ayuntamiento sin teléfono, sin conexión a internet y con deficiente suministro de agua. A media tarde, la empresa Movistar informó de que había restablecido el servicio a los vecinos del municipio y de Quiroga. Así lo denunció ayer el alcalde del concello, Miguel Ángel Soutela, que apoyó la tesis de la Consellería de Medio Rural de que las llamas fueron intencionadas. “Fue provocado”, sostuvo ayer ante los periodistas, informa Efe, argumentando que se produjeron dos focos simultáneos “a dos o tres kilómetros uno del otro”. “Esto solo tiene una explicación. Alguien le prendió fuego. Yo no creo en los pajaritos”, concluyó durante una visita a los terrenos calcinados junto al secretario xeral de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero.

Los servicios de extinción continuaban al cierre de esta edición controlando la zona para sofocar las llamas. El incendio estaba estabilizado. La superficie quemada por los dos incendios de Ribas de Sil aumentó a 1.720 hectáreas, según las últimas mediciones provisionales de la Consellería do Medio Rural. El de la parroquia homónima de Ribas de Sil, el más devastador, es el que incrementa el terreno arrasado, ya que alcanza las 1.580 hectáreas. Mientras, el de parroquia de Nogueira se mantiene en 140 hectáreas quemadas.

El fuego de la Ribeira Sacra afectó a los municipios de Ribas de Sil, Quiroga y A Pobra do Brollón, lo que obligó a activar la Situación 2 —ya desactivada— por la proximidad de las llamadas a las casas.

Por su parte, el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, reclamó a la Xunta establecer una “nueva política forestal” más centrada en la prevención que en la extinción para evitar que “cada verano se produzcan incendios que se escapan de control”.

Al mismo tiempo, culpó al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de no atajar este problema. “Cuando en Galicia arden 1.500 hectáreas, lo único que dice Feijóo es que la culpa es de los pirómanos”, alegó ante la prensa.

Según Caballero, hubo que confiar “una vez más en la lluvia” para “frenar un incendio que se había descontrolado” en Ribas de Sil, algo que a su juicio no sucedería si “el monte estuviese cuidado”.

“Si el monte está cuidado, es más fácil evitar que los incendios se descontrolen”, insistió el líder socialista, quien defendió la necesidad de una política de “inversiones en el rural”, porque “no puede ser que todo siga igual” y que la Xunta “descargue su responsabilidad en los municipios”.

Por último, la entidad ecologista Arco Iris urgió a actuar para evitar la erosión en el incendio, de forma que el arrastre de tierras no llegue al río Sil.

En un comunicado, Arco Iris tachó de “terrorismo forestal” el fuego, “claramente provocado por una o varias personas con ánimo evidente de provocar el mayor daño económico, social y ambiental”.

Y sostiene que el fuego de Ribas de Sil “es ya una de las mayores catástrofes ecológicas de Galicia de toda la historia”.