Los jóvenes son siempre uno de los colectivos más vulnerables en cualquier crisis económica. Pasó en la doble recesión de 2008 y se repitió la dinámica en la provocada por el COVID el pasado año. A los despidos, por la caída de la actividad, en un sector —el juvenil— ya de por sí con contratos precarios se sumó la mayor dificultad, por no decir imposibilidad, para incorporarse al mercado de trabajo tras acabar los estudios. Una de sus consecuencias es que el número de ninis, jóvenes que ni estudian ni trabajan, aumentó notablemente en Galicia en 2020 debido a la crisis sanitaria para llegar a los 45.800, al sumar 3.800 más con respecto a los cuantificados en 2019.

Desde 2014, las tasa de ninis había bajado en Galicia año tras año hasta 2019, en el que subió ligeramente. Pasó del 12% de la población de entre 15 y 29 años, al 12,3%. Pero en 2020 se produjo un gran saldo, debido a la irrupción del coronavirus y la sacudida que metió a todas las economías. La tasa gallega se incrementó y se situó en el 13,4% de los jóvenes, según los datos difundidos por la agencia europea Eurostat, que a su vez se alimenta de las cifras de la Encuesta de Población Activa y del INE.

Eurostat se refiere a los ninis como los jóvenes que ni trabajan ni estudian, sin distinguir entre los que buscan activamente un empleo, aunque sin éxito, y los que no tienen interés alguno por encontrarlo.

En el conjunto de España la situación es peor, ya que la tasa aumentó por primera vez desde el año 2013, para llegar al 17,3% el pasado año y representar un aumento del 16% con respecto al ejercicio previo al coronavirus, el doble del registrado de media en el conjunto de la Unión Europea. En España se pasó del 20,7% de hace seis años al 17,3% actual. En 2019 era del 14,9%. Es decir, bajó casi seis puntos en cinco años y creció 2,4 en un solo ejercicio.

Este incremento parecer estar más relacionado con la menor tasa de empleo en este tramo de edad —algo que parece obvio por los puestos de trabajo que destruyó la crisis sanitaria—, puesto que el porcentaje de la población que estudió o se formó siguió subiendo hasta llegar en 2020 al 57,3%, 0,7 puntos más que en 2019, según los datos elaborados por el Ministerio de Educación.

En todo caso, la evolución de Galicia no es tan mala si se compara con la dinámica seguida por el resto de las comunidades autónomas. De hecho, la gallega ocupa el quinto puesto por la cola en porcentaje de ninis juveniles. Solo presentan mejores registros Madrid (13%), Navarra (12,9%), País Vasco (12,1%) y La Rioja (11,3%).

Son las comunidades de Canarias (23,2%), Andalucía (21,9%), Baleares (21,4%) y Extremadura (20,4%) las que peores número registran, todas ellas con más de una quinta parte de su población menor de 30 años sin trabajo ni dedicarse a los estudios.

Sin embargo, las cifras gallegas sí rompen la dinámica interna de los últimos años. En 2014, todavía notándose los efectos de la doble recesión anterior, Galicia tenía un 18,8% de jóvenes fuera del mercado laboral y sin estudiar. La tasa fue bajando año tras año hasta llegar al 12% en 2018. Un año después subió ligeramente, hasta el 12,3%, y la pandemia acabó de revertir con fuerza la tendencia subiendo el porcentaje 1,1 puntos.

En la comparativa con el resto de Europa, Eurostat muestra el duro impacto que sufrió el mercado laboral español en su conjunto y, sobre todo, el sector más joven de la población, quizás por la fuerte dependencia del turismo y la obligación que hubo, para contener la epidemia, de prolongar las restricciones más severas y frenar el acceso a un sector, el turístico, en el que suele comenzar una parte importante de los jóvenes con baja cualificación. Solo dos países ofrecieron en 2020 una tasa de ninis más alta que la española. Fueron Italia y Grecia, con el 23% y el 19%, respectivamente. En el polo opuesto, con menos del 10%, las estadísticas europeas sitúan a seis países: Austria, Malta, Eslovenia, Alemania, Luxemburgo y Países Bajos.