La pandemia provocó que los concellos se apretasen el cinturón el pasado año. Ante la previsión de menores ingresos, recortaron los gastos. Como consecuencia, por noveno año consecutivo, los ayuntamientos gallegos consiguieron acabar en superávit: percibieron más dinero del que desembolsaron. Eso sí, ese esfuerzo en mitad de la crisis sanitaria provocada por el COVID no sirvió para evitar que casi un tercio de ellos entrase en déficit: gastó más de lo que ingresó.

Los 313 concellos acabaron 2020 con un superávit conjunto de 92 millones, una cifra superior a la registrada en 2019 (89 millones), pero casi la mitad que en 2018 (176). La merma en la recaudación de los impuestos explica esta rebaja, aunque los ayuntamientos gallegos no entraron en números rojos porque también redujeron los gastos. Los ingresos fueron un 1,6% inferiores a los del año anterior, mientras que el desembolso se recortó un 5%.

Esta es la fotografía a nivel general, porque si se entra a analizar la letra pequeña casi un tercio de los concellos gastó más de lo que ingresó. Debido a la caída de la recaudación vía impuestos, se mantuvo, con un ligero recorte, el número de ayuntamientos gallegos que cerró sus presupuestos de 2020 en negativo, es decir salió más dinero de sus arcas del que entró. Si en 2016 fueron 76; en 2017 sumaron 82; en 2018 alcanzaron los 63 y en 2019 llegaron hasta los 99. El año pasado se redujeron hasta los 91.

Si en la última década, los municipios de la comunidad que entraban en déficit se movían entre los 40 de 2013 y los 82 de 2015, en 2019 y 2020 la cifra se incrementó por encima de los 90 y estuvo a punto de alcanzar el centenar.

Los impuestos son una parte muy importante de la financiación de los ayuntamientos. El 36% de los ingresos de los municipios gallegos durante el pasado año procedieron de los impuestos directos e indirectos. Este porcentaje aumentó hasta el 53% si se suman las tasas, según los datos que ha publicado el Ministerio de Hacienda.

Pero el año pasado solo dos de cada diez concellos ingresaron más por estas partidas que un año antes. En 2019 habían sido el doble, cuatro de cada diez y en 2018, tres veces más, seis de cada diez. O dicho de otra forma: dos de cada tres ayuntamientos de la comunidad redujeron su recaudación el año que comenzó la pandemia. Esta es la causa principal de que casi un tercio de ellos gastase más de lo que ingresó el pasado ejercicio.

Los 91 concellos que entraron en déficit en 2020 suponen el 29% del total, pero se eleva al 34% si solo se tienen en cuenta los que informaron de su situación económica O dicho de otra forma, uno de cada tres municipios gallegos que presentó los datos a Hacienda no logró equilibrar sus cuentas y gastó más de lo que ingresó.

Un total de 198 consistorios (de 313) recaudaron en 2020 menos que el ejercicio anterior por los diferentes impuestos que cobran. Por el contrario, solo 70 aumentaron los ingresos. Hay 45 que, con fecha de 30 de agosto, aún no han presentado sus presupuestos de 2019 o 2020.

Pese a la caída en la recaudación, los concellos cerraron otro ejercicio presupuestario con superávit y ya van nueve años consecutivos en los que cuadran sus cuentas con más ingresos que gastos, con lo que se convierten en las administraciones junto con las diputaciones que más contribuyen a la senda de estabilidad financiera. Está por ver lo que ocurrirá en 2021 y el impacto de la pandemia.

Los números rojos de Lugo, 9,6 millones

Un total de 176 ayuntamientos gallegos (de los 267 que habían enviado hasta el pasado mes de agosto al Ministerio de Hacienda los informes de sus liquidaciones presupuestarias) cerraron el pasado año en positivo. Pero hubo otros 91 —26 en la provincia de A Coruña; 22 en la de Lugo; 23 en la de Ourense y 20 en la de Pontevedra— que terminaron 2020 con más gastos que ingresos. En porcentajes, el 33% del total de los concellos de la provincia de Lugo y de la de Pontevedra; el 28% de la de A Coruña y el 25% de la de Ourense. En el primer lugar aparece el Concello de Lugo con un desvió de 9,6 millones. Le siguieron el de Arteixo, con 2 millones y el de A Laracha, con 1,6. En el otro lado de la balanza se sitúan los que ingresaron más que gastaron. En esta clasificación están las otras seis grandes ciudades. Solo la de A Coruña y Ferrol no aparecen entre los 10 primeros ya que su superávit fue de 687.000 y 336.000 euros, respectivamente. En el podio del ranking con superávit hay tres ciudades (también son los ayuntamientos que más presupuesto manejan): Vigo (+33,6 millones); Ourense (+9,9) y Pontevedra (+7). Cuarta fue Santiago con 3,1 millones. Las tres posiciones siguientes fueron para los concellos de Oleiros, As Pontes y A Estrada con una diferencia entre ingresos y gastos de algo más de 2 millones.

Los ayuntamientos gallegos recaudan 4 millones menos de los previstos debido a la pandemia

El ejercicio pasado, en general, fue un mal año recaudatorio para los concellos. Todos los años, las corporaciones municipales realizan una previsión de lo que van a ingresar al año siguiente y la envían a Hacienda. Es una forma de que el ministerio controle las cuentas de los ayuntamientos para que no haya sorpresas. Pero la previsión de 2020 fue realizada, y enviada, antes de que estallase la crisis sanitaria por lo que no pudieron incorporar a sus cuentas las consecuencias de la pandemia que estalló en marzo del año pasado. Por eso, los ayuntamientos gallegos ingresaron 4 millones menos de los previstos, cuando en 2019 habían recaudado 138 más de los que habían vaticinado. En total, ingresaron 2.493 millones frente a los 2.497 estimados, según la liquidación de presupuestos de las administraciones locales del año pasado que acaba de publicar el Ministerio de Hacienda. Uno de cada tres consistorios gallegos —a falta de los datos de los 46 ayuntamientos que todavía no han enviado los datos a Hacienda— no logró ceñirse a sus cuentas y gastó más de lo que ingresó durante el año pasado. En el caso de las cuatro diputaciones gallegas ocurrió al contrario. Pese a que la pandemia afectó a los ingresos de las corporaciones provinciales, recaudaron 31 millones más de lo que habían previsto (574 millones frente a 543).