El gran incendio forestal de Ribas de Sil (Lugo) quedó extinguido ayer de forma definitiva más de una semana después de que se iniciase, el pasado 5 de septiembre. En total, ha arrasado 1.592,9 hectáreas, de las cuales más de un millar fueron monte arbolado y 556 monte raso. Se trata del peor fuego en lo que va de año en Galicia.

Lo último en extinguirse fue un foco secundario del fuego que se declaró en Ribas de Sil, que afectó a 140 hectáreas en la parroquia de Nogueira. En conjunto, la superficie quemada por ambos incendios supera las 1.700 hectáreas. El gran incendio ahora extinguido también afectó a los municipios limítrofes de Quiroga y A Pobra do Brollón. Su proximidad a casas llegó a obligar a activar la Situación 2. En las tareas de extinción participaron 14 helicópteros, ocho aviones, 15 palas, 63 motobombas, 66 agentes y 147 brigadas, así como personal de la Unidad Militar de Emergencias.

El alcalde de Ribas de Sil, Miguel Ángel Sotuela, lamentó la “desgracia” que, a su juicio, ha supuesto el incendio declarado en la parroquia de Nogueira, que ya ha sido extinguido, para la Ribeira Sacra y ha constatado que ha dejado daños “cuantiosos”. Sotuela ha concedido que se trata de una “desgracia”, con “un montón de monte quemado”. “Y nos parece que por los focos cuando empezó todo esto que (el incendio declarado en Nogueira y el originado en la parroquia de Ribas de Sil, que arrasó 1.600 hectáreas,) son intencionados, aunque habrá que esperar a que se investigue todo esto”, afirmó, “es todo el mismo, la misma noche y el mismo día”.