Ampliar su “base social”, entrar en “diálogo permanente” con la sociedad y dar a Galicia “un cambio de rumbo” desde el Gobierno de la Xunta a partir de 2024. Estos son los ejes de los documentos políticos que el consello nacional del BNG abordó ayer como punto de partida para la celebración de la 17ª asamblea el 7 de noviembre, que quedó fijada en A Coruña.

Será una cita en la que la organización frentista renovará sus estructuras internas y para la cual la portavoz nacional, Ana Pontón, todavía se encuentra en un “proceso de reflexión” iniciado en agosto sobre si optar o no a revalidar ese liderazgo. Ayer tampoco dio ninguna pista. No ha tomado aún una decisión.

“No se puede dar nada por hecho y tenemos que huir de la rutina. Esto no es lo habitual, pero es mi forma de ser y estoy convencida de que es la manera de poder dar pasos adelante y conseguir objetivos más ambiciosos. Podéis tener la certeza de que voy a tomar decisiones pensando en lo mejor para Galicia y para el BNG”, dijo.

En su intervención ante el máximo órgano de dirección del Bloque, Pontón no pasó por alto que la formación “acaba un ciclo político” en circunstancias “muy diferentes” que las dos interiores asambleas de 2016 y 2017. Y es que, después de aquella época de crisis interna y de pérdida de votos tras la asamblea de Amio de 2012, el BNG es ahora la fuerza líder de la oposición con el máximo histórico de 19 diputados en el Parlamento gallego que alcanzó en las elecciones de julio de 2021.

En palabras de Pontón, esta recuperación fue gracias a “una línea política” que permitió a los nacionalistas “conectar con miles de gallegos sin renunciar a ninguno de sus principios” y convertirse en “alternativa” al PP de Alberto Núñez Feijóo.

“Tenemos que asentarnos en esas bases sólidas para enfrentar con garantías de éxito ese objetivo de presidir la Xunta”, dijo, con la mirada puesta en las elecciones gallegas de 2024.