Cuando el viajero llega a la ría de Ferrol por la Autopista del Atlántico, se encuentra con un paisaje industrial nunca visto en las rías gallegas. Donde en los años 70 se botaban los mayores petroleros del mundo, ahora se alzan torres multicolores de hasta 75 metros de altura. Son las jackets: cimentaciones fijas para los parques eólicos marinos. Y acompañan desde hace siete años a la grúa de Astano: Pórtico de la Gloria naval que cumplirá medio siglo en 2022. Semejantes gigantes se han convertido en el principal escaparate de la eólica marina: el sector que hoy por hoy tira de Navantia en la ría de Ferrol —en alianza con Windar y teniendo a Iberdrola como cliente principal—. Mientras el astillero militar aguarda por el inicio de las fragatas F-110 para la primavera del próximo año, el de Navantia Fene cuenta actualmente con 900 trabajadores (la mayoría de auxiliares) volcados con el proyecto de 62 jackets para el parque de Saint Brieuc en Francia.

Panorama del astillero de Navantia-Fene, con unas ‘jackets’ que han transformado el paisaje industrial de la ría de Ferrol | // NAVANTIA

A preguntas de este diario, Navantia indica claramente que “nuestro objetivo es la ocupación total de la superficie industrial” con este sector. La empresa pública apostaría de este modo por dedicar los 775.000 metros cuadrados a la eólica marina. Desde su irrupción en este sector, Navantia Fene ha facturado más de 900 millones de euros. Sus jackets de sangre gallega pueden verse por todo el mundo. El astillero fenés tiene en operación productos en Reino Unido, Dinamarca, Portugal y Alemania. Se encuentra en construcción el proyecto Saint-Brieuc para Iberdrola, con cuatro millones de horas de trabajo: los citados 900 puestos en Ferrolterra y 250 en el puerto de Brest.

Y el futuro pasa ahora por Estados Unidos y Asia. Según fuentes de la empresa pública, “aunque nuestro mercado objetivo a corto plazo sean los citados países y el norte de Europa, se empiezan a vislumbrar oportunidades en Japón, Corea, Taiwán y EEUU”.

La vuelta al mundo

En ese sentido, Navantia confirma que “nuestra ambición es convertirnos en suministrador global y acompañar a los clientes donde tengan proyectos”. A finales de 2020, se entregó el proyecto Kincardine de cinco unidades flotantes para Escocia. De los 13 flotadores existentes en el mundo en parques en operación, 11 se hicieron en Navantia —pionera en este ámbito—. Grandes esperanzas también se depositan en los Monopiles XL, con construcción de una fábrica junto a Windar que podrá operar a mediados de 2022. Y hay más oportunidades en Reino Unido, Francia y Polonia, para consolidar sus parques.

El gigante naval concluye que “el volumen de negocio en los próximos años es prometedor, y queremos ejecutar paquetes de mayor tamaño”. La ocasión de Saint Brieuc derivó en la apertura de una instalación en Francia, consolidado como centro de trabajo de Navantia-Windar. Y el acuerdo con el astillero británico Harland  & Wolff se considera un reflejo de “la necesidad de incrementar la presencia internacional”.

Con Windar e Iberdrola

Navantia trabaja junto a Windar como socios en UTE, caso por caso en cada proyecto. Entre sus clientes destaca Iberdrola, con la que Navantia-Windar tiene un acuerdo marco de colaboración para el producto de monopiles XL: se establecen las condiciones para el suministro de 130 unidades durante dos años. Navantia recalca que “las razones principales por la que se recurre a Iberdrola son el cumplimiento de plazos, la calidad del producto y el precio del mercado, siendo necesario competir y ganar la licitación de los proyectos que abordamos”.

Gigante de 1.000 toneladas

El principal producto de Navantia Fene es la ‘jacket’: estructura de celosía de entre 65 y 75 metros de altura. Cada torre pesa entre 650 y 1.000 toneladas. Navantia ha contratado durante estos siete años más de 160 estructuras de este tipo. Actualmente, sigue en este campo con el proyecto Saint-Brieuc de 62 jackets para Iberdrola. La futura fábrica de Monopiles XXL se dedicará a las cimentaciones de más de 100 metros de longitud y hasta 2.500 toneladas de peso

Y las cinco fragatas F-110

Mientras tanto, el astillero de Navantia Ferrol aguarda por el inicio del proyecto de las cinco fragatas F-110 para la próxima primavera. El corte de chapa del primero de esos buques para la Armada española se efectuará en marzo, y el del segundo en abril. Hasta esas fechas, la factoría carece de ocupación en nueva construcción. Y eso repercute especialmente en las auxiliares, con numerosos despidos en los últimos meses. En el caso de la subcontrata Electrorayma, los trabajadores acumulan impagos: la dirección de esta empresa reclama en los juzgados a Navantia 4,7 millones de euros por sobrecostes en los dos buques AOR para Australia.