Las rías de Ferrol, Pontevedra y Arousa, las más afectadas por el patógeno ‘Perkinsus’

En A Coruña, se encontraba en un 53,3% de la almeja hace siete años y ahora, en el 6,7 | La Xunta afirma que su presencia es “habitual” y no tiene que causar episodios de mortalidad

Protesta de los mariscadores de Barallobre en As Pías, para denunciar la caída de sus capturas. |   // LO

Protesta de los mariscadores de Barallobre en As Pías, para denunciar la caída de sus capturas. | // LO / patricia hermida

a coruña

Una radiografía exacta del empleo generado por el mar la ofrece la Plataforma Tecnolóxica da Pesca. Según sus datos, el marisqueo a pie ha perdido en los últimos veinte años a más del 40% de sus trabajadores en Galicia. Y el Valedor do Pobo refleja en un informe sobre el impacto de la pandemia que “la actividad marisquera de moluscos bivalvos y extractiva de recursos específicos —navaja, erizo, percebe, algas y poliquetos— en Galicia supone más del 90% de este sector en España”. Emplea a 3.777 personas mariscadoras a pie, además de 2.893 embarcaciones con una media de 1,67 tripulantes a bordo. El sector se enfrenta a otros factores, como la presencia de patógenos que pueden afectar a la producción. En el caso de la almeja babosa, el Perkinsus incide sobre todo en las rías de Arousa, Pontevedra y Ferrol. Pero la Consellería de Mar deja claro que su presencia ya se considera “habitual, y no tiene que causar episodios de mortalidad”.

Cuando los mariscadores de Barallobre (Fene) avisaron de una “caída de la producción del 80%”, las analíticas de técnicos de la Xunta revelaron el impacto del Perkinsus. Afectaba en 2019 al 73,3% de su almeja babosa. Sin embargo, los resultados han mejorado. En la ría de A Coruña, el Perkinsus se encontraba en el 53,3% de la almeja babosa en 2012 y siete años después solo en el 6,7%. Según datos aportados por la Consellería de Mar a este diario, la recuperación ha sido incluso más rápida en el banco de As Pías (Ferrol, Fene, Mugardos): pasó de la incidencia del 73,3% al actual 30%, regresando a niveles anteriores a 2019. Sin embargo, los operarios feneses recalcan que “antes trabajábamos 12 meses al año y desde 2018 solo dos meses, no sabemos si por el Perkinsus o por depredadores, queremos conocer el motivo”.

La Xunta admite que el Perkinsus afecta sobre todo a la reproducción de este bivalvo en los bancos de Praceres, ría de Pontevedra, donde la presencia del patógeno bajó del 70% al 36,7% entre 2012 y 2019; en Vilanova, ría de Arousa, con subida del 33,3% al 56,7% en el citado período; o As Pías. Este género incluye distintas especies de protozoos parásitos, y en Galicia se encuentra el Perkinsus olseni.

Desde la Consellería de Mar llaman a la calma: “No implica necesariamente efectos negativos en el hospedador, y los datos de prevalencia se refieren a los individuos afectados en la muestra analizada —generalmente, 30 individuos—”.

El departamento dirigido por Rosa Quintana añade que “las variables ambientales, sobre todo la temperatura, pueden influir en la proliferación del parásito en determinas épocas”. Y llegan a “causar efectos negativos en las poblaciones, como picos de mortalidad”.

Mientras tanto, en cofradías como la de Barallobre se muestran desesperados. Según su patrón mayor, “los muestreos de otoño indican que hay más semilla, pero nunca llega a ser comercializable o reproductora”. Jorge López recuerda que “no se da encontrado el problema, no sabemos si es el Perkinsus”. En este pósito reclaman la actualización de la mesa de trabajo con la Xunta y un estudio integral sobre el estado de la ría. Según el patrón mayor, “en Barallobre solo hay trabajoen esta época para 20 personas, y el 50% no llegan a los topes de capturas”.

Desde hace más de 20 años, la red de control de la Unidad de Patología del Intecmar realiza un seguimiento anual de los bancos marisqueros para conocer su estado histopatiológico: para detectar alteraciones por organismos patógenos. Esto permite tener una referencia de la “distribución del parásito, niveles de prevalencia y evolución en los años”. Aplicado a la almeja babosa en Ferrol, se detectó “un aumento significativo de la prevalencia en 2019 con respecto a diez años atrás, la intensidad de la infección fue elevada en la mayoría de los ejemplares en 2020 y ahora se vuelve a índices anteriores a 2019”.

De todos modos, la Consellería destaca que “Ferrol no era precisamente el banco más afectado, por eso llamó la atención la incidencia”. De hecho, en 2012 tenía una prevalencia del 13,3% frente al 63,3% de A Toxa. Para prevenir la transmisión del parásito, se evitan los movimientos del molusco de zonas afectadas a las libres.

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