El exsecretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, avanzó ayer su resistencia a cualquier presión para que abandone no solo el Parlamento, sino su condición de portavoz del grupo socialista, pese a perder las primarias hace dos semanas por el liderazgo del partido ante Valentín González Formoso. “Mi compromiso con Galicia y con este Parlamento es y va a ser inquebrantable”, prometió hasta en dos ocasiones en su cara a cara con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al que aseguró que seguirá enfrentándose cada dos semanas en la Cámara durante los tres años que restan de legislatura.

Su mensaje se produjo en la primera intervención en las preguntas al presidente del pleno parlamentario tras su derrota interna y después de que la dirección estatal del PSOE destituyese al comité organizador del congreso del PSdeG de diciembre compuesto por afines a Caballero y nombrase uno nuevo en sintonía con Formoso, cuya nueva dirección tendrá potestad para distribuir papeles en la Cámara.

“Todos entendemos su mensaje”, ironizó Feijóo en su réplica sin hacer sangre con la situación interna del PSdeG, a la que se refirió precisamente Formoso. “Las primarias acabaron”, declaró el también presidente de la Diputación de A Coruña, que vinculó el cambio del comité organizador con algo similar vivido en Andalucía, donde también se produjo un relevo de jefe de filas.

La sesión parlamentaria deparó un apartado específico sobre los fondos europeos Next Generation. Caballero exigió a la Xunta agilizar su ejecución y le afeó buscar enfrentamientos con el Gobierno central después de que este, aseguró, “lograse” 140.000 millones de euros en ayudas, de los que el 50% serán préstamos reembolsables.

Feijóo acusó al Gobierno de opacidad y exigió conocer el acuerdo firmado con las autoridades europeas para acceder a esos fondos y las condiciones que imponen. También aseguró que su reparto responderá al interés del Gobierno por contentar a sus socios y blindar la legislatura.

Su cara a cara con la nacionalista Ana Pontón giró en torno a la subida de precios, que es “el problema más importante que está ocurriendo en España”. En ese argumento, introdujo una carga de profundidad. “Es un chollo para las arcas del Estado la subida de la luz”, arremetió antes de exigir al BNG que presione al Gobierno para que baje impuestos en la negociación de los presupuestos generales. Pontón lo tachó de “escapista” y lo invitó a “dejar sitio” si no encuentra soluciones a los problemas de Galicia.