Más de 205.000 personas trabajan en alguna de las administraciones públicas que hay en Galicia. Es la mayor cifra de la historia. La pandemia ha provocado que el empleo público alcance su récord histórico al que se ha llegado, sobre todo, por la necesidad de personal sanitario y profesores.

Cada vez que hay un incremento o una caída del número de trabajadores de las administraciones en Galicia, todas las miradas se dirigen a la Xunta. Cuenta con casi la mitad de los empleados públicos que hay en la comunidad. El resto se los reparten el Estado, los ayuntamientos, las diputaciones y las universidades. Suyas son las competencias en Sanidad y Educación, que hacen que la balanza se incline de un lado o de otro, y que en la pandemia han sido dos de los grandes protagonistas.

El anterior récord histórico de empleados públicos databa de principios de 2012 cuando se contabilizaron 204.900, tras el que se produjo un ajuste en todas las administraciones que en solo 15 meses destruyeron 32.000 puestos de trabajo.

A los 205.000 empleos del pasado septiembre (últimas cifras disponibles) se ha llegado tras un rally alcista de año y medio: desde mediados de 2019 hasta finales de 2020. Después hubo un ajuste en el primer semestre del actual ejercicio cuando se destruyeron 5.500 empleos (el 2,7%) hasta los 197.000.

Esta caída supuso romper una racha de 18 meses en la que no habían parado de crecer los empleos públicos desde los 184.000 del tercer trimestre de 2019 a los 202.500 del pasado diciembre: 18.500 más en año y medio, algo más de 1.000 cada mes. Sin embargo, la rebaja de los 5.500 de enero a junio supuso que se destruyesen 30 puestos de trabajo por día.

Pero en el tercer trimestre, debido, sobre todo, al inicio del curso escolar el número de empleados públicos ha aumentado en 8.000 (+4%) hasta el récord histórico de 205.000.

El incremento de 8.000 personas (89 empleos por día) es la tercera mayor subida entre julio y septiembre a nivel nacional, solo superada por los 11.800 de Extremadura y los 11.600 de Madrid. Además, en seis comunidades descendió el número de trabajadores públicos, según la última Encuesta de Población Activa (EPA).

La Xunta suma el mayor porcentaje de empleados en Galicia con el 64% del total. La Administración local (ayuntamientos y diputaciones) y estatal casi empatan: la primera cuenta con el 17,8% y la segunda, con el 17,6%. Desde la crisis económica de 2008, la cifra más baja de empleados públicos en la Xunta se alcanzó en enero de 2019 con 85.612, según los datos del Boletín Estadístico del personal al servicio de las Administraciones Públicas que ha publicado el Ministerio de Política Territorial y Función Pública. El presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, avanzó esta semana que la cifra total ascendía ahora a 89.774.

En el incremento de 8.000 empleos públicos del tercer trimestre, los grandes protagonistas han sido dos: los hombres, que se anotaron el 65% de los nuevos trabajos, y los contratados temporales, que supusieron casi la mitad de las incorporaciones, pese a que esta figura solo representa un tercio del total.

En el tercer trimestre de este año, se incorporaron a las administraciones públicas en Galicia 2.800 mujeres, mientras que los hombres fueron 5.200 (de la suma de una y otra salen las 8.000 plazas que se crearon entre julio y septiembre).

Tras las 5.100 incorporaciones de mujeres de 2020 y las 2.100 de enero a septiembre de 2021 (entre enero y junio salieron 700), el total de las que trabajaban en las administraciones gallegas alcanza las 119.800 (de las que más de 64.000 pertenecen a la Xunta). Es la cifra más alta de la historia. Por el contrario, los 85.200 hombres que había en septiembre es el número más alto desde 2012.

La diferencia entre varones y mujeres está ahora en los 34.600, cerca del récord de 38.100 de septiembre de 2019. En los últimos 20 años, solo en el segundo semestre de 2014 había más hombres que mujeres trabajando en los organismos públicos en Galicia. Desde 2013, la diferencia entre ambos sexos ha ido en aumento, con pequeños altibajos.

La temporalidad en las administraciones se desboca y ya supone casi un tercio del total

Esta semana se conoció que el Consello de Contas le había dado un tirón de orejas a la Xunta por su política de personal, entre otras razones por la elevada tasa de temporalidad o la falta de control sobre la duración de los contratos temporales. Esta última circunstancia es la que ha obligado a la Xunta, forzada por sentencias judiciales, a convertir en indefinidos, en dos años, a 2.522 trabajadores que estaban contratados de forma temporal en la administración general: 1.060 en 2018 y 1.462 en 2019. La temporalidad es un mal endémico que afecta a todos los sectores económicos y en la administración pública también tiene una elevada presencia. En 2020, los contratos temporales en todas las administraciones en Galicia se incrementaron en 9.500. Dos de cada tres nuevas incorporaciones tuvieron este tipo de contrato. En los primeros nueve meses de este año, la situación ha seguido por el mismo camino. Los indefinidos disminuyeron en 1.800, mientras que los temporales se incrementaron en 3.500. Como consecuencia, el empleo público en la comunidad pierde calidad. El porcentaje de contratos temporales en los organismos gallegos roza el 30% (29,8%). Es la segunda cifra más alta de la historia tras el récord del 30,3% de 2008. Pese al elevado porcentaje es 1,8 puntos inferior que la media nacional (31,6%), y el cuarto más bajo solo por detrás de Madrid (24,2%), Cataluña (27,4%) y Murcia (28,3%). Lideran la clasificación Canarias (42,5%) y País Vasco (42,3%). Administraciones y sindicatos habían llegado a un acuerdo para reducir la tasa de temporalidad este año al 7%, un objetivo que no se va a cumplir.