Por segundo año consecutivo, el BNG no apoyará los presupuestos generales del Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, mientras formaciones con un asiento único en el Congreso, como ellos, se suben a ese barco que permite encarrilar la legislatura y amarrar cesiones de Madrid. El discurso del Bloque sobre su utilidad en la arena estatal se compromete, aunque de fondo aflora la competencia electoral entre dos aliados condenados a entenderse y a luchar por el electorado progresista en Galicia.

“Un diputado logra beneficios prácticos para los gallegos”, presumió Ana Pontón el 3 de enero de 2020, cuando viajó a Madrid para firmar con la socialista Adriana Lastra el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. A las puertas de las autonómicas, el Bloque azuzaba su discurso: “Somos útiles”. En aquel documento, aparecían rebajas en los peajes de la AP-9 y el traspaso de su titularidad, así como medidas para modernizar la red ferroviaria.

El BNG vivió meses después sus mejores elecciones autonómicas, con 19 escaños frente a los 14 en que quedó estancado el PSOE. Muchos de los acuerdos de investidura siguen en el cajón, pero desde entonces el Bloque parece haber perdido oportunidad de sacar réditos a la necesidad de apoyos del Gobierno de coalición.

El año pasado no apoyó los presupuestos y en esta ocasión se abstendrá, decisión que no afectará a una aprobación garantizada por el Ejecutivo, gracias al apoyo de ERC, PDeCAT, el previsible del PNV, Más Madrid y cuatro formaciones que solo tienen un diputado, igual que el Bloque: los valencianos de Compromís, Nueva Canarias, el Partido Regionalista de Cantabria y Teruel Existe. Esta última logró 13 acuerdos mediante transacciones, mientras los canarios obtuvieron 145 millones adicionales. Compromís, por ejemplo, cazó 26, además de un compromiso para mejorar la financiación de Valencia, donde gobierna el PSOE.

En un escenario en el que las encuestas comienzan a vislumbrar la opción de que surjan candidaturas similares a las de Teruel Existe y fraccionen más el Parlamento, el Bloque ve comprometido su mensaje de utilidad, si bien la enmienda de ERC para que las lenguas cooficiales tengan una cuota mínima audiovisual contó con su aportación.

Galicia obtendrá casi 1.100 millones de euros en inversión de los presupuestos, siendo la comunidad con mayor incremento de gasto. “Es mejor que el año pasado, pero es que el año anterior eran discriminatorios. El PSOE no estuvo dispuesto a avanzar en cuestiones claves”, justifica su abstención ante las cuentas estatales para 2022 Néstor Rego, el único diputado del Bloque en el Congreso.

Sus condiciones fueron dos: la intervención de la planta de Alcoa en A Mariña —medida planteada por Podemos el año pasado, por cierto— y el impulso de la red de cercanías en Galicia.

Enfrente, el PSOE, con el que gobierna cinco ciudades y tres diputaciones, le afea al Bloque resistirse al pacto. “Si Rego dijo que con una sola enmienda que apoyásemos, votaría a favor de los presupuestos, no entendemos por qué no los apoyan. Son excelentes para Galicia”, alega el socialista gallego Guillermo Meijón, compañero de hemiciclo. “Parece que buscan una excusa para decir que no”, añade.

“Nuestro voto va a seguir siendo necesario. No se trata solo de los presupuestos, sino de más cosas. La actual mayoría es voluble y variable. El Gobierno ya ha perdido votaciones, como cuando quiso incautar los remanentes de los ayuntamientos”, advierte Rego.

El BNG ve como sus 120.456 apoyos no sirven para agarrar un pedazo más grande de la tarta presupuestaria, como sí sirvieron los 19.761 de Teruel Existe o los 124.289 de Nueva Canarias.

El panorama pone en riesgo el mensaje del BNG de “ser útil en Madrid”, pero para la organización evidencia también que su precio será caro. Entienden que se trata de una estrategia socialista. “Es un castigo al BNG porque no nos quieren reforzar en Galicia, pero acaban castigando a los ciudadanos”, alega un miembro de la cúpula frentista, que atisba una oportunidad: “La gente verá que solo se consiguen cosas si tenemos fuerza para presionar, así que en lugar de uno, verán que necesitamos cinco diputados”.