A pesar de la importancia del I+D para ganar competitividad y favorecer el progreso, el gasto público en investigación ha permanecido estancado en Galicia desde hace años. Y ha tenido que llegar una pandemia para que se tomara conciencia de su alcance. Sin la ciencia no se podría abordar la lucha contra el COVID. Y eso ha servido de acicate para que las administraciones abran el bolsillo. En 2020 la inversión pública en I+D creció un 15% hasta los 98,4 millones. Es el mayor incremento registrado desde que hay registros en los últimos siete años.

Las administraciones públicas aumentaron así en 2020 en 13 millones su gasto en investigación y desarrollo. También las universidades elevaron su inversión hasta los 214,4 millones, casi cinco millones más. Por el contrario, el sector privado, que hasta ahora tiraba del carro del I+D en Galicia, se vio afectado por la parálisis económica debido a la pandemia y redujo, por primera vez en cuatro años, su aportación pasando de los 329,9 millones gastados en 2019 a los 326 de 2020.

A pesar de la menor inversión de las empresas, el gasto total en I+D en Galicia creció en 14,3 millones hasta alcanzar en total los 641,6. Y ha sido gracias al mayor esfuerzo económico de las administraciones. Si en los últimos años su desembolso rondaba los 85 millones, con la pandemia el gasto público en investigación dio un salto importante, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística.

Ayudas

Los investigadores dedicados a buscar una vacuna o tratar el COVID empezaron a recibir más fondos públicos para sus trabajos. La Xunta, por ejemplo, concedió ayudas a varias investigaciones para la detección precoz y diagnóstico de coronavirus, así como a estudios sobre posibles tratamientos. Además financió proyectos para predecir la evolución de la pandemia mediante el uso de las matemáticas. E impulsó un proyecto piloto para la detección temprana de brotes de coronavirus en residencias a través del análisis de sus aguas residuales.