Escasez de materiales, incremento del precio de las materias primas, falta de personal especializado, demoras para conseguir licencias de obra, incertidumbre provocada por la pandemia… Son unos cuantos los nubarrones que se ciernen sobre el sector de la construcción en Galicia. Sin embargo, por ahora, vive ajeno a todos ellos. Una de las principales variables para pulsar la salud del sector es ver el número de licencias que se otorgan para la construcción de nuevos edificios. Es la forma de comprobar el músculo que tiene y como vislumbra el futuro a medio plazo. Y esta actividad no solo perdió ritmo durante el pasado ejercicio, como le sucedió a otras (superó el millar de permisos hasta agosto por primera vez desde 2011), sino que rozó los 1.500 en los primeros ocho meses de 2021, una cifra que no se conseguía desde hacía una década.

Hasta agosto, se concedieron 1.429 licencias en Galicia para que los promotores construyesen inmuebles de nueva planta. Es un 27% más que en el mismo periodo del año pasado, que también fue un buen ejercicio para el sector pese a la presencia del coronavirus. Pero lo más relevante para verificar que la salud de la construcción en Galicia es buena es que los números de este ejercicio superan los que se produjeron antes del COVID. Las licencias son un 50% más que en los primeros ocho meses de 2019 o un 37% más que en 2018. Hay que remontarse hasta 2011 para encontrar una cifra superior entre enero y agosto: 1.393.

Aumentan las licencias para construir nuevos edificios, pero estos albergan menos viviendas. Los 1.429 permisos permitirán construir 1.885 nuevas viviendas, lo que se traduce en un 1,6% menos que un año antes, en el que se concedieron permisos para 1.916, según los datos que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE)

No ocurre lo mismo con los edificios residenciales. Los 1.141 que obtuvieron los permisos en los primeros ocho meses del año son un 34% más que el ejercicio anterior y un 62% más que en 2019.

También aumentaron un 30% las licencias para viviendas familiares, al pasar de las 836 de enero a agosto del pasado ejercicio a las 1.078 del mismo periodo de este año.

Por su parte, también crecieron los edificios a rehabilitar en los primeros ocho meses de 2021. Fueron 1.144, 62 más que un año antes. También repuntaron las demoliciones de edificios al alcanzar un total de 169, frente a las 118 de mismo periodo de 2019.

La variación neta del parque de viviendas en agosto fue positiva y redundó en 154 nuevas unidades tras las licencias concedidas para construcción, rehabilitación y demolición. En concreto, en agosto se concedieron licencias para 150 edificaciones de nueva planta. Estas licencias permitirán construir 145 nuevas viviendas, lo que se traduce en un 28% menos que un año antes, en el que se concedieron permisos para 202. Si la comparativa se realiza con julio, el descenso es aún mayor, puesto que en ese mes se concedieron 197 licencias para edificios de nueva planta y 356 para vivienda a estrenar.

En cuanto a la rehabilitación, en agosto aumento el número de edificios (pasaron de 115 a 129) en la comparativa interanual, pero se redujeron las viviendas a arreglar (bajaron de 32 a 26). Respecto a las demoliciones, hubo 20 de edificios (dos más que hace un año) y 17 de viviendas (tres menos).

De seguir la progresión de este año, las 1.429 licencias concedidas hasta agosto superarían las 2.000 a final de año, una cifra que no se alcanzaba desde 2011. Y eso que los promotores se quejan de que hay demoras de hasta 18 meses para conseguir las licencias de obra, sobre todo por parte de los concellos, y que esta tardanza encarece las viviendas.

A Coruña, cuarta ciudad con mayor esfuerzo para alquilar

A Coruña es la cuarta ciudad de España en la que las familias tienen que dedicar una mayor parte de sus ingresos al alquiler, con un esfuerzo económico del 32,6%, según un estudio elaborado por la compañía de valoración TecniTasa. Así, una familia con unos ingresos medios de 2.803 euros dedica 913 euros a pagar la renta. Por delante de A Coruña se sitúan Badalona ya que sus habitantes deben destinar el 36,4% de sus ingresos para abonar la renta, seguida de Barcelona capital (35,7%) y Palma de Mallorca (34,4 %). Entre las diez capitales cuyo coeficiente entre la renta familiar y el esfuerzo para alquilar una vivienda está por debajo del 20% están dos gallegas. Son Jaén, donde hay que dedicar poco más del 16% de la renta familiar; Cáceres, con un 18%; Ourense, donde el coeficiente asciende al 18,8%; Castellón (18,9%), Burgos (19,3%), Oviedo (19,4%), Badajoz (19,6%), León (19,7%) y Lugo y Logroño con 19,8%. Desde TecniTasa señalan que el mercado del alquiler “está tomando un importante protagonismo” y se espera que siga al alza en 2022.