Arritmias en el corazón del bosque gallego. Para alertar sobre la ola de proyectos eólicos en Galicia, más de 170 colectivos llaman a la movilización este sábado en 22 localidades. Bajo el nombre de Eólica, Así Non, esta coordinadora aprovechará el Día de las Montañas para denunciar que “se pone en riesgo la supervivencia del rural gallego y el equilibro ecológico del país”, según palabras de Adega —uno de los integrantes—.

Las protestas se celebrarán entre las provincias de A Coruña, Pontevedra y Lugo; con puntos de encuentro en poblaciones como Ferrol, Carral, Marín o Gondomar. Y las concentraciones entre las 11.00 y las 12.00 horas se combinarán con otras acciones, como un recital poético en Vilalba, una subida al Monte Pindo en Mazaricos, o chocolatadas en Castro Caldelas y Seoane do Courel. Las plataformas vecinales y los ecologistas avisan del impacto de los macroproyectos en el medioambiente y el patrimonio. Se refieren a las montañas como “nuestra principal fuente de alimento y agua, verdaderos santuarios de biodiversidad de los que no podemos prescindir para afrontar el cambio climático”. Por eso, los afectados reclaman una moratoria eólica “definitiva y eficiente”.

Desde Adega, su secretaria ejecutiva recuerda que hay “más de 300 proyectos de energía eólica en tramitación” en Galicia. Según Belén Rodríguez, se suman a los 186 que ya se encuentran en funcionamiento: “Tendrían un impacto singular e irreparable en el conjunto de montañas, picos, cumbres, cordilleras, sierras, macizos, montes...”

Como previa, en la web y las redes de Adega se lanzan mensajes de llamamiento por parte de personalidades de la vida cultural y social de Galicia. El artista Xurxo Souto rechaza “el negocio privado de cada montaña de la tierra, estamos a favor de las energías limpias pero no de que se conviertan en invivibles las aldeas gallegas habitadas desde hace miles de años”. Y concluye que “las montañas son sagradas”.

También la escritora Adela Figueroa coincide en que “nuestras sagradas montañas son invadidas por parques eólicos que expulsarán a los habitantes del rural, triturarán a las aves que pasen por ellas y agotarán sus acuíferos”. Considera que “en esas sagradas montañas se guarda nuestra historia y en ellas se deposita nuestro futuro”. Las 170 entidades que integran esta plataforma Eólica, Así Non avisan sobre la riqueza de un ecosistema en peligro, con sus lagunas, bosques húmedos, refugios de especies de flora y fauna singulares, o de los grandes mamíferos amenazados “o incluso en peligro de extinción”. Este espacio ofrece además el 80% de los recursos hídricos.

Según avisan los convocantes, “se encuentran en riesgo Zonas de Especial Protección de Aves e incluso Bienes de Interés Cultural”. Por ejemplo, uno de los parques se ha proyectado cerca del monasterio de Monfero, en plenas Fragas do Eume. La plataforma reclama a la Xunta que amplíe los espacios preservados, “ya que solamente el 11,5% de la superficie gallega se encuentra ambientalmente protegida”.

Entre otros aspectos, el manifiesto pide a la Xunta la paralización y prohibición de los molinos eólicos próximos a núcleos de población. Afirma este texto que “el actual modelo eólico prevé que aerogeneradores que hoy superan los 150 metros de altura se coloquen a 500 metros de las viviendas, una distancia claramente insuficiente que tiene efectos en la calidad de vida de las personas”. Aseguran los convocantes que de este modo “se fomenta el empobrecimiento de la sociedad rural, despreciando sus bienes materiales, culturales y medioambientales”.

Desde Monfero a Ordes

El listado de entidades convocantes incluye a colectivos de Monfero, Ordes, Curtis, A Capela, zona del Mandeo, Costa da Morte, Chá de Brión (Ferrol), Paderne, ría de Sada y Betanzos, o Moeche —por citar solamente a la provincia de A Coruña—.