En su visita ayer a la ría do Burgo, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se encontró con la protesta de plataformas vecinales contrarias a los parques eólicos. Con carteles que reclamaban “fuera macroeólicos de nuestras aldeas”, los afectados también lamentaban no haber sido invitados a una reunión celebrada esa mañana entre la ministra y representantes empresariales del sector. Teresa Ribera se comprometió con estos vecinos a estudiar el “encaje” de los proyectos de los futuros parques eólicos en el rural gallego, en función de sus características y dimensiones.

“No estamos hablando de todo o nada”, trasladó Ribera a las plataformas. Según los afectados, “vemos amenazados nuestros proyectos de vida y nadie cuenta con nosotros”. Una de las integrantes de Monfero Di Non recalcó que “no tenemos nada en contra de las renovables pero en la dimensión adecuada, en Galicia no hay lugar para macroeólicos de 200 metros”.

A esta declaración, Ribera le ha contestado que es una preocupación “legítima” y por eso hay que ver “cómo encajan las piezas”. También trasladó que muchos proyectos no saldrán adelante porque no cumplen la normativa.

La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico además se refirió a la eólica marina y a su impacto en la pesca, denunciado por los trabajadores. Teresa Ribera admite que es “fundamental” trabajar con todos los actores afectados, entre ellos, los pescadores del Cantábrico. Los pescadores del Cantábrico Noroeste solicitaron a los ministros de Agricultura y Transición Ecológica una reunión para abordar los riesgos que supondrá para su actividad la posible instalación de parques eólicos marinos en el litoral.

Preguntada por esta cuestión, Ribera indicó que es “muy importante” trabajar en la ordenación de los espacios marinos: “Cuando sacamos a información pública la primera zonificación habíamos mantenido ya un diálogo intenso con los diferentes actores”.