El dolor invade a todo el entorno familiar y de amigos del joven cangués de 24 años Raúl González Santiago, uno de los desaparecidos en el naufragio del Villa de Pitanxo. Él encarnará la reivindicación del “abuso” que en algunos barcos de pesca se cometen con los alumnos en prácticas, como aseguran allegados al joven, que se embarcó en el arrastrero para realizar sus prácticas y completar así su titulación de patrón, pero nunca llegó a pisar el puente, en donde debería de ser su sitio para forjarse en maniobras difíciles del barco, como ante un temporal como el que ha hundido al Pitanxo o con otros buques, comentan estas mismas fuentes que aseguran que, sin embargo, Raúl estaba siempre en la bodega trabajando como un marinero más.

“Si llega a estar en el puente, él no se hubiera ido con el barco al fondo”, se lamentan. La vida le dio una segunda oportunidad al poco de nacer, cuando tuvo que ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero ahora el mar se la arrebató, cuando la estaba comenzando como adulto y solo dos días después de cumplir los 24, que celebró a bordo del Villa de Pitanxo.

La comunidad educativa de la Universidade Laboral de Culleredo se concentró el miércoles a la entrada de sus instalaciones para mostrar su pesar por el hundimiento del barco en el que se encontraba Raúl, exalumno de este centro coruñés de Formación Profesional.

Concentración en la Universidad Laboral en apoyo a los familiares del buque 'Villa de Pitanxo'

Concentración en la Universidad Laboral en apoyo a los familiares del buque 'Villa de Pitanxo' Víctor Echave