No hubo tiempo para la reacción. El hundimiento del Villa de Pitanxo se produjo durante la maniobra de virada del aparejo, a unas 250 millas al este de Terranova, en el caladero de NAFO. Un siniestro que se ha cobrado la vida de 21 de los 24 tripulantes -12 de ellos todavía no han aparecido-, el de mayores dimensiones para la pesca gallega desde el accidente del Marbel, en enero de 1978. Durante esa virada del copo, colmado de fletán, el motor principal se paró de forma repentina, momento en que el capitán perdió el gobierno de la embarcación, de 50 metros de eslora. El fallo fatal dejó al Pitanxo merced de unas olas superiores a cinco metros y a vientos superiores a los 40 nudos. El barco se hundió de forma "muy rápida".

Es la versión oficial que acaba de comunicar Pesquerías Nores, armadora del pesquero, y que también había trasladado a las familias en una reunión celebrada este mediodía. El relato del patrón, Juan Padín (uno de los tres supervivientes), es el que ha permitido a la armadora desvelar las causas de este siniestro, aunque deberá ser la Ciaim (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos) la que ha de aclarar todos los factores que precipitaron este desenlace.