Los funcionarios de prisiones gallegas han incautado más de 370 móviles en las cárceles de la comunidad en los últimos cinco años, según los datos presentados ayer por la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) y UGT. Los teléfonos móviles son un objeto prohibido dentro de las prisiones para evitar la continuación del delito, entre otros, de bandas organizadas o de violencia de género.

“Esto los convierte en elementos muy cotizados entre los presos, generando un mercado negro con los problemas regimentales que esto genera”, subrayaron.

En concreto, fue el 2020 el año de mayor número de aprehensiones, con hasta 112 teléfonos, mientras que en 2017 se incautaron 40; en 2018, 47; en 2019, 101, y en 2021, 72 .

En la cárcel de Teixeiro fue donde más móviles se incautaron, 135 unidades en los últimos cinco años. La prisión de Monterroso se situó en segundo lugar, con 103, seguida de la cárcel de A Lama, con 60; la de Bonxe, con 59; la de Ourense, con 12, y por último el Centro de Inserción Social (CIS) de A Coruña, con 3 móviles.

Desde Acaip-UGT valoran el trabajo realizado por los empleados públicos penitenciarios para evitar el comercio ilícito de estos aparatos prohibidos en las prisiones.