La Opinión de A Coruña

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Tres de cada diez explotaciones, amenazadas de cierre por el alza inasumible de los gastos

El sector urge un plan de emergencia que garantice su supervivencia y el abastecimiento EEn 2021 más de 300 granjas lácteas cerraron en Galicia y solo este mes de enero, más de 40

Vacas en una explotación familiar de Lalín. | // BERNABÉ / JAVIER LALÍN

Trigo, maíz y cebada para alimentar al ganado, combustible para arar el campo y recoger la cosecha, luz para las máquinas de ordeño y el mantenimiento de los establos… Desde que salen los primeros rayos de sol hasta que anochece, los contadores de luz, los bidones de gasoil y los graneros dejan facturas cada vez más inasumibles en el campo. Las explotaciones gallegas están en alerta desde comienzos de año por el abultado aumento de los costes de producción, más de un 30% en 2021. Pero la invasión de Rusia y las alzas imparables de los recibos con unos pagos en origen que no bastan para cubrir los gastos han puesto contra las cuerdas a un sector ya en crisis desde hace más de una década: entre un 20 y un 30% de las explotaciones agropecuarias de la comunidad están a punto de echar el cierre, según estimaciones de la Federación Rural Galega (Fruga) tras elaborar un informe sobre la repercusión de la incesante alza en los precios de los cereales, gasóleo, electricidad o plásticos.

Sin un plan de emergencia por parte de las distintas administraciones, advierten desde Unións Agrarias (UUAA), la Asociación Galega de Cooperativas y la Asociación Agraria de Galicia, que incluya ayudas para el sector y la garantía de que el Gobierno central vele por el cumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria (que obliga a la industria a cubrir los costes de producción), la supervivencia del rural y el abastecimiento de los mercados no estarán garantizados.

Ante las “dificultades extremas” del rural, agricultores y ganaderos reclaman al Estado que los compense por los actuales “costes desmesurados” y a la UE que se “flexibilicen las condiciones de la PAC” adaptando las ayudas directas al nuevo escenario y que se permita la utilización de las tierras en barbecho —alcanzan ya el 30% del total— así como que autorice las importaciones de Argentina, Brasil y Estados Unidos para “subsistir” este nuevo “embate” a un sector “básico y vital para mantener la producción de alimentos”, según reivindican desde el sector. No piden más, insisten, que un trato análogo al, por ejemplo, dado a la hostelería tras el estallido del COVID. Entre las medidas del plan de emergencia, representantes del rural gallego demandan un anticipo en las ayudas de la PAC, el uso de los fondos de los PDR para aportaciones directas a las explotaciones, así como la devolución inmediata por parte de la administración fiscal del IVA en los próximos días así como anticipar la devolución del impuesto especial de hidrocarburos a ganaderos y agricultores. “Se trata de poner herramientas que den liquidez y garanticen los ingresos que en estos momentos las explotaciones no tienen”, reivindica Roberto García, secretario xeral de UUAA.

Facturas

Los gastos cada vez más elevados y los bajos precios en origen provocaron la desaparición el año pasado a 364 explotaciones lácteas en Galicia, que cerró 2021 con 6.404 granjas de leche. En el arranque de año, la comunidad perdió otras 43 explotaciones solo el mes de enero, con un total de 6.361 registradas, lo que supone una pérdida de diez productores cada semana. Aunque confiaban en que la subida de los precios en origen contribuyese a amortiguar el impacto de las facturas, en el caso de Galicia en enero los pagos de la industria solo subieron la mitad que el resto de España, pero apenas bastan para cubrir los gastos. En el conjunto del país, el pasado mes de enero los ganaderos recibieron por cada litro de leche que salió de sus explotaciones 0,371 euros frente a los 0,364 del mes de diciembre. Los productores gallegos pasaron de percibir 0,359 euros, solo 0,03 euros más que hacía un mes frente al aumento de 0,07 en el resto del territorio. Una subida que se queda muy por debajo de los 40 céntimos por litro fijados el año pasado por la propia Consellería de Medio Rural para costear los gastos de producción, cuatro más que los 36 del ejercicio anterior.

Desde el sector lanzan un SOS ante la cada vez más asfixiante cuenta de gastos y advierten de que entre un 20 y un 30% de las explotaciones agropecuarias en Galicia están al borde de la desaparición por el alza de los costes de producción, según advierten desde la Federación Rural Galega al tiempo que atribuyen el desorbitado aumento de los precios a una “operación especulativa” y reclaman la intervención de las administraciones

¿Cuáles serán las explotaciones más afectadas? “Todo depende del modelo de producción, las intensivas son las más amenazadas y también aquellas explotaciones en las que se hayan hecho inversiones en los últimos años”, detalla Elías Somoza, coordinador de Sectores Gandeiros de Fruga.

Desde el año 2018, según recuerdan desde Fruga, el sector tuvo que hacer frente a la imparable subida de los costes de producción en sus explotaciones, con los aumentos más notables en el gasóleo, electricidad, fertilizantes, plásticos y, sobre todo, las materias primas destinadas para la elaboración de la alimentación para el ganado.

Un ejemplo basta para conocer el impacto de los precios en el día a día de los ganaderos y agricultores. El pasado 9 de marzo, en la última cotización de la lonja de León, el trigo subió un 20%, la cebada un 15%, junto con la subida también del maíz que se situaba en los 340 euros por tonelada, aunque algunos sectores lo sitúan cerca ya de los 600.

A esto se suma el disparado precio de la factura de la luz: “un 1.000% más en el último año”, denuncian desde Fruga, que advierte además de una subida de los combustibles por encima del 40%. En el caso del gasóleo agrícola el aumento es “más escandaloso” ya que pasó de 0,80 euros a ,140, lo que supone un 75% más.

El rural exigirá ayudas y control de los precios en una gran manifestación el 20M en Madrid

Ganaderos y agricultores gallegos lanzarán su “grito de guerra” el próximo 20 de marzo en Madrid. En una manifestación que ya había sido convocada con anterioridad a la nueva escalada de precios, el sector agroganadero saldrá a la calle para exigir medidas que garanticen la supervivencia de unas explotaciones que llevan ya años al límite. Sin siglas ni banderas, ganaderos y agricultores exigirán ante el Ministerio de Agricultura un plan que garantice la supervivencia del sector, cada vez más asfixiado por los altos costes de producción y el incumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria en lo que al pago en origen se refiere.

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