La Opinión de A Coruña

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La crisis tras el parón del COVID deja récord de renuncias a herencias: 9 cada día

Más de 3.100 gallegos se desentendieron en 2021 de sus legados, un 22% más que un año atrás. Las causas, las deudas del finado y los gravosos impuestos para sobrinos o hermanos

Un notario consulta un testamento. LOC

Abrir un testamento y aparecer como heredero no siempre es una buena noticia. Cuando toca a ingresar, el regalo es bien recibido, pero si detrás hay deudas el legado se convierte en un auténtico quebradero de cabeza hasta el punto de tener que decir no a los bienes transmitidos por el difunto. Los impagos del negocio, la hipoteca de la casa o el préstamo del coche y, sobre todo, el gravoso impuesto para los legados de tíos, hermanos o amistades son los motivos que están detrás del rechazo a las herencias. Año tras año se alcanzan cifras récord de herederos que renuncian al testamento en el que aparecen como beneficiarios: en Galicia el año pasado fueron un total de 3.213, un 22% más que el ejercicio anterior. Y es que la exención fiscal aprobada por la Xunta en 2016 para herencias de menos de 400.000 euros (ampliada en 2020 a las inferiores al millón de euros) se limita a herederos en línea ascendente y descendente (padres-hijos, abuelos-nietos y cónyuges). Pese a estas rebajas en el impuesto de Sucesiones, en 2021 volvieron a batirse récord de contribuyentes gallegos que renunciaron al piso, la casa en la playa, las joyas o el dinero en el bando porque la herencia no les compensaba lo que tenían que gastar.

La crisis tras el parón del COVID deja récord de renuncias a herencias: 9 cada día | SIMÓN ESPINOSA R. Prieto

Las previsiones de los notarios gallegos a comienzos del año pasado se cumplieron: aluvión de renuncias a herencias por la crisis tras el parón del COVID. En 2021 fueron un total de 3.213 los gallegos que rechazaron el legado de sus familiares o amistades —una media de 9 cada día—, frente a los 2.632 de un año atrás y por encima del anterior balance récord: 2019 con 3.134 renuncias, según datos del Colexio Notarial de Galicia. Un ejemplo basta para conocer los motivos por los que se dice no a una herencia. Aceptar el piso de un tío valorado en 150.000 euros, deja una factura fiscal de 32.400 euros, siempre y cuando el heredero tenga un patrimonio personal inferior a los 402.678 euros, según cálculos del Colexio Notarial de Galicia. Por encima de esa cifra el coeficiente multiplicador se eleva y, en consecuencia, también el importe a pagar.

Los testamentos crecen un 11% por el miedo al COVID, con más de 51.600

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En un contexto de recesión como el causado por la pandemia, el mercado inmobiliario no garantiza que se pueda dar salida da al piso o a la casa heredada. Menos todavía si la vivienda está en una ciudad en la que el heredero no reside, ya que con el cartel de Se vende o Se alquila corre el riesgo de ser ocupada. La crisis, según advierten desde el colectivo de notarios, resta liquidez y, en consecuencia, si faltan fondos para hacer frente a los impuestos que haya que abonar y a la inversión que requiera la reforma de la vivienda heredada finalmente no se aceptarán los bienes legados.

Entre los motivos económicos para desentenderse de una herencia no solo están las deudas conocidas que han motivado la insolvencia patrimonial del llamado causante, sino también por las responsabilidades económicas que como heredero pueden afectarle, tales como las derivadas de haber otorgado avales o afianzamientos a terceros (por ejemplo a la propia empresa, otras empresas o un amigo); por responsabilidades fiscales, por las comprobaciones realizadas por Hacienda de ejercicios no prescritos (los últimos cuatro años) o por responsabilidades profesionales que se reclaman después del fallecimiento.

El estallido del COVID, con un goteo continuo de fallecidos y contagiados, también provocó un aumento de los testamentos registrados en la comunidad. Si hace años, la declaración de últimas voluntades se hacía cuando alguien estaba muy enfermo, el miedo al coronavirus llevó el año pasado a un total de 51.677 gallegos a hacer testamento, un 11,2% más que el ejercicio anterior y la cifra más alta desde 2007.

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