Trágico desenlace tras casi 10 horas de búsqueda al localizar el cuerpo sin vida del niño arrastrado junto a su padre por la corriente del río Miño ayer en la playa fluvial de Arbo. El hallazgo se produjo poco después de las 16:00h de esta tarde en una cavidad a unos 100 metros del lugar de la caída.

Esta mañana de domingo se retomaban los trabajos desde el puente internacional de Arbo y a lo largo de todo el curso del Miño hasta su desembocadura. Participan en la procura el Grupo de Apoio Loxístico (GALI) de la Axencia Galega de Emerxencia (AXEGA) a través de drones, los equipos especializados del equipo Pegaso de la Guardia Civil y los voluntarios de Protección Civil de Ponteareas.

Durante el primer tramo de esta jornada, los profesionales rastrearon ya toda la superficie del Miño desde el punto del suceso hasta su desembocadura, aproximadamente unos 45 kilómetros.

A primera hora de esta tarde se inició la búsqueda subacuática, comenzando por las cavidades próximas al lugar de la tragedia y con la incorporación de un robot, trabajos nada sencillos ya que el nivel del agua había descendido aproximadamente dos metros desde la hora en la que el pequeño fue arrastrado pero los equipos encontraron con corrientes y remolinos. Finalmente fue en uno de esos huecos a apenas 100 metros de la caída donde fue localizado el cadáver.

La tragedia se desencadenó en torno a las siete de ayer sábado en el área de baño ubicada en las proximidades del puente internacional que comunica la localidad de Arbo con la portuguesa de Melgaço. Al parecer, el niño se cayó al agua cuando trataba de recuperar una chancla que se le había escapado y el padre se tiró a rescatarlo. Con ellos estaban la madre y otra hija, de 8 años de edad.

La Comandancia Naval del Miño, la Guardia Civil, bomberos de Porriño, voluntarios de Protección Civil y efectivos de las fuerzas de seguridad de Portugal se desplegaron por las orillas del Miño en busca de ambos. Al progenitor, L. C. R. C., de 42 años y vecino de Vigo, lo encontraron con vida. Los sanitarios trataron de reanimarlo pero ya no fue posible. Dos helicópteros, el “Pesca 1” del Servizo de Gardacostas de Galicia y el del 061 con base en Ourense se sumaron al operativo y fue uno de ellos el que trasladó el cuerpo. Vecinos y pescadores se incorporaron también de forma voluntaria a la búsqueda.