Ni los hurtos, ni las agresiones. Los delitos de tráfico son los que más juicios copan en los juzgados gallegos: casi el 40%. Y pese a las campañas de concienciación, el refuerzo de la vigilancia y el endurecimiento de las sanciones, el número de conductores que desafían las normas ha aumentado y son cada más vez los temerarios que circulan por las carreteras españolas y, en concreto, por las gallegas. Desde la Fiscalía atribuyen este incremento a las “tensiones” derivadas de la pandemia del COVID y las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.
Tras la caída de los delitos viarios durante la pandemia debido a las restricciones de la movilidad, en 2021 aumentaron un 20%, con un total de 8.226 casos llevados a los juzgados gallegos, lo que supone una media de más de 20 cada día. De ellos, 5.680 fueron calificados, es decir, con escrito de acusación para ser juzgados, según datos presentados ayer por el fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes, tras la junta de Seguridad Vial celebrada en la sede del Tribunal Superior de Xustiza. Al encuentro con representantes de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y policías locales, asistieron el fiscal coordinador de Seguridad Vial de la Fiscalía General del Estado, Bartolomé Vargas, quien aprovechó para despedirse en el que fue último viaje oficial ya que el próximo 19 de mayo dejará de ser fiscal en ejercicio —ese día cumplirá 72 años, la edad máxima para permanecer en la carrera— y la fiscal delegada de Seguridad Vial de Galicia, Paula Grau, entre otras autoridades.
“Nos parece captar que todo eso está repercutiendo en conducciones más arriesgadas”, comentó Vargas sobre la “angustia” de las personas derivadas de las crisis. Sin embargo, advirtió de que eso “no es justificación” porque “cuando uno coge el vehículo tiene que dejar fuera lo demás”.
En su intervención, el fiscal superior de Galicia analizó la evolución de los delitos viarios en Galicia en la etapa postCOVID, con una tendencia al alza similar a la registrada en el conjunto de España “Si estamos en 80.000 vamos a 90.000 delitos al año, lo que revela más desafíos a las normas”, lamentó Bartolomé Vargas. En el caso de la comunidad gallega, más de la mitad de los delitos viarios incoados el año pasado fueron por delitos de alcohol y/o drogas: casi 4.500.
La segunda infracción penal que más se repite en la red viaria de la comunidad es la conducción sin carné, bien por haber agotado todos los puntos, por haber sido retirado por orden judicial o por no haber ido nunca a la autoescuela. Hasta un total de 3.135 delitos incoados por circular pese a carecer de licencia.
De las cuatro provincias gallegas, A Coruña es la que concentra el mayor volumen de delincuentes viarios, con 3.424 casos incoados (42% del total). Le sigue en el ranking la provincia de Pontevedra, con 3.001 (36%). Lejos de estas cifras se colocan Lugo y Ourense, con 930 y 871, respectivamente.
Para intentar mejorar estos datos, Vargas detalló los retos a los que se enfrentan las autoridades e hizo un llamamiento a velar por la educación y una movilidad sostenible. “Hemos llegado a la convicción de que la seguridad vial y la movilidad sostenible son dos caras de la misma moneda”, argumentó el fiscal de Seguridad Vial. Vargas avanzó que los fiscales estarán a partir de ahora “muy en contacto” con los ayuntamientos y los concejales de movilidad para “reforzar” ese ámbito. En esta línea, abogó por poner un “particular esmero” en el usuario vulnerable con el fin de establecer medidas como la limitación de velocidad a 30 km/h en zonas urbanas, ya que “representa la filosofía relativa al calmado del tráfico”.
