La Opinión de A Coruña

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Patrullas y radares camuflados vigilan 131 tramos negros de la red secundaria: 2.800 km

En autovías y autopistas de Galicia hay otros 77 puntos con cinemómetros fijos, 9 de tramo. La comunidad gallega concentra uno de cada diez kilómetros de riesgo por velocidad

Un agente de la Guardia Civil de Tráfico durante un control de velocidad con Velolaser. | // GUARDIA CIVIL

Las carreteras secundarias son las más peligrosas. En Galicia concentran más del 90% de los muertos en accidentes de tráfico, veinte puntos por encima de la media nacional. La velocidad suele ser la causa del siniestro que acaba en colisión con otro vehículo o salida de la vía. Aunque se tiene asimilado que en una travesía no se puede superar los 50 km/h; en la red convencional todavía cuesta cumplir el límite a 90 km/h, donde desde el pasado mes de marzo no se permite sobrepasar en 20 km/h el límite para realizar adelantamientos.

En el mapa de la DGT, Galicia es uno de los territorios marcadas en rojo por las infracciones de velocidad —más de mil cada día fueron detectadas en 2021, un 45% más que el año anterior al estallido del COVID—, por lo que esta semana Guardia Civil y Policía Local reforzarán la vigilancia en las carreteras secundarias y en travesías para disuadir a los que pisan más de la cuenta el acelerador. Hasta un total de 131 tramos negros identificados en la red viaria gallega estarán bajo la lupa de los radares móviles del Sector de Tráfico en Galicia —32 en la provincia de A Coruña, 39 en la de Lugo, 30 en la de Ourense y otros 30 en la de Pontevedra—, según el listado que tiene la DGT colgado en su página web.

Son casi 2.800 kilómetros de carreteras convencionales de la comunidad gallega en los que se desplegarán los cinemómetros móviles, tanto en coches rotulados como camuflados, casi un 50% más que los apenas 2.000 km de riesgo identificados en 2015. Es como si el trayecto de ida y vuelta entre A Coruña y París estuviese repleto de vehículos de la Guardia Civil equipados con radar para detectar a todo cuanto conductor se salte el límite de velocidad. Desde ayer y hasta el próximo domingo, los controles de velocidad se reforzarán en todo el país, con especial incidencia en las carreteras convencionales y travesías de Galicia.

Medios técnicos

Los puntos conflictivos por sobrepasar los límites de velocidad identificados en la comunidad gallega son ya casi el 11% de los más de 26.000 kilómetros de carreteras vigilados en España por cinemómetros móviles. Se trata de un porcentaje muy superior al peso que tiene el censo de conductores en la comunidad sobre el total nacional (4,2%).

En la actualidad la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia cuenta con 64 dispositivos de control de velocidad — 23 instalados en vehículos y el resto se distribuyen en diferentes soportes, desde el propio vehículo patrulla hasta los puntos de riesgo en los que no se puede colocar un coche y que los usuarios creen que por este motivo en esa zona no se vigila la velocidad.

Con estos dispositivos vigilan los 131 tramos de riesgo detectados en Galicia, a los que se suman otros 68 vigilados con radares fijos (22 en A Coruña, 13 en Lugo, 14 en Ourense y 19 en Pontevedra) y 9 con dispositivos de tramo (cuatro en A Coruña, tres en Lugo, uno en Ourense y otro en Pontevedra).

De las cuatro provincias gallegas, la red viaria de Lugo suma el mayor número de kilómetros vigilados por radares móviles (758 kilómetros), seguida de A Coruña (716 km), Ourense (654 km) y, finalmente, Pontevedra (610 km).

La extensión de los tramos en el punto de mira de Tráfico es variada. Hay puntos de solo 30 metros o apenas medio kilómetro, hasta otros que superan los 70 kilómetros, según recoge el plan de control con radares del departamento que dirige Pere Navarro. En la provincia de A Coruña está el trayecto más corto bajo vigilancia por riesgo de accidentes por velocidad elevada, se trata de 30 metros en la AC-418, a su paso por Malpica. En la provincia coruñesa, los tramos más extensos sometidos a vigilancia son los de la AC-550 (64,6 km) y la AC-862 (69 km). Pero son las vías de Ourense las que tienen las carreteras con la mayor extensión bajo la mirada de los radares móviles del Sector de Tráfico: en la OU-540, un tramo de casi 72 kilómetros y en la OU-536, uno de 71,2 km.

Ante las quejas de usuarios que cuestionan que muchos coches patrulla están “escondidos” en muchos controles, desde el Sector de Tráfico reiteran en cada campaña las dificultades con las que a veces se topan para montar un dispositivo. Y es que los vehículos radar no pueden ser un obstáculo en la vía y por tanto se colocan fuera de ella. Sobre la presencia de controles de velocidad en rectas con buena visibilidad, advierten de que en estos puntos también aparecen imprevistos. Y es que detrás de una buena recta suele estar una curva, a donde —apuntan— hay que garantizar que se llega con la velocidad adecuada.

Un tercio de las muertes en carretera podrían evitarse si se respetase el límite de velocidad

Pisar más de la cuenta el acelerador cuesta al bolsillo entre 100 y 600 euros. Pero además, dependiendo de la velocidad a la que se circule, se pueden perder hasta seis puntos del carné. Y si además, ese exceso es considerado delito contra la seguridad vial, el conductor se enfrentará a penas de prisión y a la retirada del permiso.

Pero lo peor de esta infracción al volante es el reguero de víctimas mortales que deja y que podrían evitarse si ajustase la velocidad al límite establecido. El informe temático sobre la velocidad como factor concurrente llevado a cabo por el Observatorio Europeo de Seguridad Vial en 2021 concluye que el 30% de las muertes en carretera están causadas por una velocidad excesiva o inadecuada, según destacó ayer la DGT en el arranque de la campaña de vigilancia que se extenderá hasta el próximo domingo.

El estudio identifica tres rasgos mayoritarios en los conductores que lo hacen a velocidad excesiva o inadecuada (más jóvenes que mayores, más hombres que mujeres, más los que conducen por razones de trabajo que por otras causas) y cinco razones principales por las que las personas conducen demasiado rápido: igualar la circulación del tráfico circundante, tener prisa, disfrutar de conducir rápido, por aburrimiento y no ser conscientes de estar haciéndolo.

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