La Comandancia General de Melilla comunicó ayer el fallecimiento del teniente General Evaristo Muñoz Manero que fue General Jefe del antiguo Mando Regional Noroeste con sede en el Palacio de Capitanía de A Coruña entre mayo de 2000 y enero de 2001. La Comandancia ha despedido al gran militar con una nota de In Memoriam que a continuación reproducimos:

"Con las primeras horas del alba, al igual que empezaba sus actividades durante toda su vida militar, este 17 de agosto de este caluroso verano de 2022, el Teniente General Evaristo Muñoz Manero ha partido en su último recorrido para rendir cuentas ante el Dios de los Ejércitos, tras toda una vida de entrega al Servicio de España. El General Muñoz Manero fue, desde febrero de 1995 hasta julio de 1997, el Comandante General de Melilla, dejando en esta ciudad y en el personal bajo sus órdenes, un imborrable recuerdo de ejemplo de Soldado en todas las facetas que componen la naturaleza castrense.

Nacido en Larache, el 11 de enero de 1937, orienta sus pasos a la vida militar, siguiendo la tradición familiar y es promovido al empleo de Teniente en 1958, siendo su primer destino el Grupo de Tiradores de Ifni nº 1. Conoce en Ceuta, siendo un joven Teniente del Tercio “Duque de Alba” 2º de La legión, a la que sería su esposa, Rocío, que le ha acompañado en todo momento y con quien tuvo dos hijos, Luis y Rocío.

Ha servido, con gran brillantez, en las filas de las más prestigiosas unidades de nuestro Ejército, entre las que destacan varios Tercios Legionarios (llegando a Mandar el Tercio “Gran Capitán” 1º de La legión desde noviembre de 1989 a agosto de 1991); unidades de Operaciones Especiales (siendo el primer Jefe del antiguo Grupo de Operaciones Especiales “Órdenes Militares” nº 1), así como diferentes unidades de Infantería. Ejerció también el Mando de la Brigada Acorazada “Guadarrama” XII (desde agosto de 1991 a octubre de 1994) y desarrolló labores de profesorado en la Escuela Superior del Ejército.

Las numerosísimas condecoraciones que adornaban su pecho reflejaban, en parte, la admiración que despertaba en quienes le rodeaban, pero, sin duda, era la mirada leal y sincera de sus subordinados la mayor de las recompensas a las que aspiraba el General Muñoz Manero.

Su trato exigente, pero cercano, hacia sus subordinados, unido a la elevada auto exigencia de la que daba continuo ejemplo en todos los actos de su vida, han dejado una huella indeleble en todas y cada una de las unidades en las que ha Servido y que, ahora, con su marcha, asegurarán que su persona, su figura, no caiga nunca en el olvido, manteniendo vivo su recuerdo entre todos los que han tenido el privilegio de Servir a su lado.”

El Mando de Apoyo a la Maniobra envía a familiares y amigos, y muy especialmente a su esposa e hijos, un cariñoso saludo en tan complicados momentos. Descanse en Paz.