El pago por el uso de autovías vuelve a estar sobre la mesa. Aunque ayer la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, concedía que no parece que el actual sea el momento “más propicio” para abordar este nuevo sistema de financiación, que se implantaría a partir de 2024, sí admitía que el Ejecutivo ha encargado estudios sobre los diferentes modelos que se podrían aplicar llegado el momento y, entre otras cuestiones, estos sopesan si aplicar el gravamen resultante a los viales de carácter autonómico, e incluso a provinciales y municipales.

Para la Xunta lo que está fuera de cuestión es que se pague por kilómetro. La Consellería de Infraestruturas e Mobilidade rechazaba ayer de plano esa opción. En respuesta a este diario, el departamento dirigido por Ethel Vázquez sigue argumentando que “Galicia no podrá aceptar ningún sistema que contribuya a agravar la situación periférica de la comunidad, es decir, el pago de una tasa por kilómetro recorrido”.

Para el Ejecutivo gallego una solución de ese tipo supondría, además, “un importante agravio” frente a otras comunidades, dado que, por ejemplo, Euskadi o Cataluña se verían “beneficiadas” en relación a los mercados europeos y en cambio “condenaría” a Galicia en dichos mercados. Por todo ello, la Xunta reitera su “preocupación” porque los planes del Gobierno se puedan convertir en un factor de “desequilibrio territorial”. Asimismo, reprocha que una medida de tipo estructural “no puede ser impulsada por la puerta de atrás”, sino que debe ser “consensuada” tanto con los gobiernos autonómicos como con los agentes económicos y sociales, dado su “impacto” sobre la competitividad y las familias.

También el diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, definió la medida como “antisocial” y “antigallega” y la consideró un “robo” a Galicia. “En Galicia, sin alternativas de transporte público adecuadas, es simplemente un robo”, aseguró.