El Gobierno portugués ha lanzado hoy el proyecto de alta velocidad entre Lisboa y Oporto que llegará hasta Vigo para después enlazar con A Coruña. La línea ferroviaria unirá los 275 kilómetros que separan las dos ciudades lusas en 1 hora y 15 minutos sin paradas, frente a los 2:49 actuales, y estará integrada con el resto de la red ferroviaria nacional más allá de 2030.

Portugal presenta el proyecto ferroviario de alta velocidad Lisboa-Oporto-Vigo infraestruturasdeportugal.pt

Esta reducción, sumada a las actuaciones en el tramo entre Oporto y Vigo, permitirá que el viaje entre A Coruña y la ciudad del norte de Portugal se pueda afrontar en unas tres horas (3.12) y que el trayecto hasta la capital consuma una hora y 19 minutos extra, con lo que desde San Cristóbal hasta Lisboa Oriente o Santa Apolonia se podría asumir en unas cuatro horas y media. El tiempo de viaje entre A Coruña y Oporto bajaría hasta las dos horas y media más allá de 2030 con las obras de la segunda fase y se podría llegar a Lisboa en menos de cuatro horas.

Hay que tener en cuenta que ahora mismo los dos itinerarios entre A Coruña y Oporto que ofrecen Renfe y Comboios en horario matutino y vespertino exigen dedicarles cuatro horas y 45 minutos y seis horas y 29 minutos, respectivamente, según la web de la empresa española. Los tiempos de espera en cada uno de los enlaces en la estación viguesa de Guixar son de una hora y 17 minutos y 49 minutos, respectivamente. La previsión del ministerio de Infraestruturas de Portugal es que se realice el Vigo-Oporto en una hora antes de 2030 en una primera fase y en tan solo en 50 minutos en una segunda fase más allá de esta fecha.

Proyecto entre y plazos de la fase 1 entre POrto y Galicia infraestruturasdeportugal.pt

Una de las grandes novedades del trayecto norte es que antes de 2030 el viaje cambiará su trazado para conectar desde Campanha o Sao Bento con el aeropuerto de Sa Carneiro y Braga-Valença, algo que no ocurre en la actualidad.

Para esta primera fase el Gobierno luso espera que en 2023 se hagan los estudios, que en 2024 se pueda evaluar el impacto ambiental, que en 2025 se saque a concurso y que, entre 2026 y 2030, se afronten las obras de esta primera fase. En este proyecto norte siempre pone la salvedad de que España cumpla con sus compromisos para poder ajustar los tiempos comprometidos y, en ese sentido, cobra importancia la salida sur en Vigo, que evitaría el retroceso hacia Redondela que se realiza hoy en día y que España aún no se ha comprometido a afrontar.

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Oporto-Lisboa

El proyecto se divide en tres fases entre Oporto y Lisboa. La primera, que unirá Oporto y Soure (en el distrito de Coímbra), se prevé que esté concluida en 2028. Dos años después se espera el final de la segunda, entre Soure y Carregado (distrito de Lisboa) y la tercera, que enlazará con Lisboa, será construida "más tarde", ha dicho el titular del operador ferroviario público Comboios de Portugal, Carlos Fernandes.

La financiación del plan se incluye en los 11.000 millones de euros destinados a inversiones en ferrocarril de un paquete global de 43.000 millones para transportes hasta 2030, explicó Miguel Cruz, presidente de Infraestructuras de Portugal.

Será una "revolución", resumió el ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, durante la presentación. "Tiene un enorme potencial para el futuro del futuro", dijo el primer ministro, António Costa, que subrayó que cuenta con el respaldo mayoritario de las fuerzas políticas y que el país tiene hoy "condiciones financieras para asumirlo con tranquilidad".

Apuesta de Portugal

Este plan es un "primer paso" para la integración ferroviaria portuguesa en la red ibérica de alta velocidad. Con este anuncio, Portugal ratifica su apuesta por la alta velocidad en su costa atlántica frente al enlace entre las capitales ibéricas, Madrid y Lisboa.

El proyecto "desarrolla nuestro país y la centralidad de nuestras ciudades, y no la centralidad de otras ciudades ibéricas", agregó Costa. El primer ministro ha sido reticente a una línea de alta velocidad entre Lisboa y Madrid, un tema "tabú" en Portugal, llegó a decir en una entrevista con EFE.

"España es muy bella, no es sólo Madrid", matizó este verano. "El tema no es cómo ir a Madrid, es cómo ir a cualquier punto de la red de alta velocidad de la península ibérica".

Tras la desaparición del Lusitania, que tardaba más de nueve horas en recorrer 500 kilómetros, el viaje entre Lisboa y Madrid tarda más de 12 horas y obliga a tomar cuatro trenes.