Un cambio que altera el orden global: “Una mudanza en el equilibrio de poder, en el modelo económico y en los derechos de los Estados”. Así valora la incidencia del cibercrimen la secretaria de Estado de digitalización e inteligencia artificial, Carmen Artigas, que participó ayer en la mesa Ciberseguridad: de la necesidad a la urgencia. La experta defendió el Nuevo Plan Nacional de Ciberseguridad, dotado con 1.000 millones de euros y que contempla fondos también para el último eslabón de la cadena pública: “ayudará a las comunidades autónomas y a las administraciones locales, especialmente a las de menos de 50.000 habitantes, a tener centros de ciberseguridad”, expresó. En la parte privada, tal y como reconoció Artigas, la peor parte se la llevan las pequeñas y medianas empresas.
“Es como dejar las llaves en la puerta de tu casa. Las pymes destinan menos del 6% del presupuesto a ciberseguridad”, expresó en relación a la aún baja consideración del riesgo. “Los datos son el gran activo del siglo XXI”, pero las formas de protección en las empresas, continúan ancladas en el siglo XIX. La consejera de Estado y exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, hizo alusión a que la ciberguerra también juega un papel clave —en un contexto de guerras híbridas— y que obliga e reforzar aún más los sistemas informáticos para evitar espionajes y ataques por parte de Rusia o sus aliados. “Es la guerra más barata. Todo el aparato de ciberguerra ruso cuesta menos que un F-35”, ejemplificó.
El presidente de Mapfre, Antonio Huertas, consultado por el moderador —el presidente de la Fundación Empresa, Seguridad y Sociedad, Carlos López— sobre un ciberataque librado contra la empresa aseguradora a nivel mundial en una fecha tan clave como un 15 de agosto, habló con la experiencia de haber salido airosos. “Es una guerra mundial en la que aún vivimos de forma pasiva”, analizó.
Llamó a pasar al “contraataque”, en algún momento, puesto que “solo nos defendemos en la retaguardia”. Asimismo, abundó en la alerta sobre la baja percepción empresarial del riesgo: “Es un talón de Aquiles de las empresas: solo un 30% tienen contratada una póliza de ciberriesgo o toman medidas”.
