Cada día una explotación láctea cierra en Galicia. Los tentáculos de la guerra en Ucrania atrapan a todos los sectores y actividades. El rural está cada vez más contra las cuerdas por los bajos precios en origen que arrastran desde hace años y que la desorbitada inflación no ha hecho más que agravar los números rojos de los productores gallegos, con facturas de la electricidad, combustibles, forrajes y abonos por las nubes. Al cierre de agosto, eran 6.148 los ganaderos lácteos, 354 menos que los 6.502 que realizaron entregas en septiembre del año pasado, según datos del Ministerio de Agricultura. Estos cierres suponen casi la mitad de los 735 registrados en el conjunto del país —que pasaron de 11.653 hace un año a 10.818 este verano—-. La bajada de la producción de leche en las granjas, lastradas por la sequía y el aumento de los gastos, ha derivado en un repunte de los precios que perciben los ganaderos. Pero todavía no bastan para cubrir lo que cuesta producir cada litro de leche que sale de sus explotaciones. El sindicato Unións Agrarios (UUAA) cifra en 57 céntimos el coste de producción, un 20% por debajo por debajo de lo que percibieron las explotaciones gallegas de media el pasado mes de agosto: 0,462 euros por litro, a la cola de España —solo por detrás de Navarra, con 0,463 euros—, pese a ser la principal productora del país: 2,011 toneladas de las 4,98 del conjunto nacional. Con esta diferencia, cada ganadero pierde por cada litro que sale de sus explotaciones 0,11 céntimos, lo que para se traduce en una pérdida de 1.100 euros por una entrega de 10.000 litros.

En agosto, los productores lácteos en Galicia percibieron 1,5 céntimos más por litro que en julio, un repunte superior al experimentado en el conjunto del país (1,3), pero que se queda por debajo de los ingresos medios en España: 0,476. En el último año, el alza en los contractos lácteos en las explotaciones gallegas alcanza el 39,15%, a la par que el protagonizado en el conjunto nacional (31,18%). “La sequía ha tenido un impacto muy importante, ya que ha reducido la producción de maíz en torno a un 30%. Y esto, lógicamente, repercute en los costes de producción porque hay que comprar mas alimento para el ganado”, apunta Óscar Pose, responsable de Sector Lácteo de UUAA. En la actualidad, ya se está terminando de recoger el cereal —en las próximas dos semanas se finalizará—, cuando a estas alturas del año, advierte Pose, se debería estar comenzado el proceso.

El cierre de explotaciones no hace más que confirmar la falta de relevo generacional en el rural. “Tenemos una edad media alta en nuestras explotaciones y no hay relevo generacional porque los hijos no ven viable la actividad”, lamenta Pose.

La caída de la producción de leche es generalizada en el conjunto de Europa por los efectos de la sequía y el alza de los precios, que incluso a llevado a ganaderos a sacrificar cabezas de ganado por no poder garantizar su mantenimiento. En España, la caída de la producción en el último año fue del 3,9%. En el caso de Galicia, el descenso fue ligeramente inferior (2,5%). La situación no es excepcional en España. En los países de la UE las entregas de leche bajaron un 0,5% en lo que va de año y en EEUU, un 0,6%. Esta situación es la que ha inyectado un plus en los precios en origen, con cotizaciones históricas, pero que también ha llevado a los productores a afrontar gastos en niveles máximos.

Con los datos de agosto, cuatro comunidades ya han superado la barrera de los 50 céntimos por litro, pero siguen a distancia de los 57 necesarios para cubrir costes, según apuntan desde el sector, aunque hay ya organismos que los elevan a 60 céntimos. Los productores lácteos andaluces recibieron al cierre del verano 0,50 euros por litro; los canarios, 0,521; los murcianos, 0,505 y los catalanes, 0,501, según datos de la Subdirección de Producciones Ganaderas del Ministerio de Agricultura. En Europa, el valor medio en agosto era de 51,9 céntimos.

Para los próximos meses, el sector no espera que se produzcan cambios. “La realidad —detalla Pose— es que hay una caída de producción y no hay posibilidad de comprar animales, no los hay en el mercado, se han sacrificado, eso impedirá que haya un aumento de producción”. “El mercado es muy volátil y es difícil de predecir, pero la falta de leche se mantendrá y, en consecuencia, los precios seguirán al alza por esa baja producción”, concluye.