El juicio por el accidente del tren Alvia se retoma esta semana. Se reiniciará este martes 25 de octubre con la declaración de diez policías nacionales, los primeros que atendieron al maquinista tras el descarrilamiento, así como el instructor y el secretario del atestado, el jefe de brigada y un oficial. Será la cuarta jornada de una causa que se prolongará hasta el próximo verano y que tiene su origen en el siniestro ferroviario en Angrois que ocasionó 80 muertes y dejó a 145 personas heridas.

Sigue el juicio aquí en directo.

LA LLAMADA DEL INTERVENTOR

El policía nacional que se encargó de la instrucción del accidente del Alvia ocurrido en la curva compostelana de Angrois el 24 de julio de 2013 ha declarado este martes que, en las primeras declaraciones tomadas tras el siniestro, el interventor de Renfe negó hasta "dos veces" la llamada con el maquinista, Francisco Garzón, instantes antes del descarrilamiento.

De hecho, según ha contestado a preguntas del Ministerio Fiscal y varios de los abogados de las acusaciones, ha comentado que "no le constó" por ninguna de las declaraciones practicadas dicha llamada, sino que tuvo conocimiento de la misma el día 31 de julio, una semana después de los hechos, a través del registro telefónico.

El instructor, en la cuarta jornada del juicio por el accidente que dejó 80 muertos y 145 heridos, ha explicado también cómo solicitó información técnica a Renfe y a Adif sobre las condiciones de seguridad del tramo y ha defendido su investigación realizada.

A ello, tal y como ha relatado ante la jueza Elena Fernández Currás, las empresas públicas contestaron que era el maquinista el que "tenía que saber el cuadro de velocidades" y que existía el conocido como 'pedal del hombre muerto', que el conductor tiene que pulsar de forma continua y, si no lo hace, el tren se detiene.

"LA HE JODIDO", PRIMERAS PALABRAS DEL MAQUINISTA A UN MANDO POLICIAL

El primer mando policial en llegar al accidente del Alvia siniestrado el 24 de julio de 2013 en Santiago ha manifestado este martes en el juicio que el maquinista y acusado Francisco José Garzón Amo le dijo hasta en tres ocasiones "la he jodido" y que había estado circulando "a 190 kilómetros por hora".

En la Ciudad de la Cultura que acoge esta vista oral, este testigo, que formaba parte de la brigada de A Coruña y fue nombrado específicamente para la seguridad de los días 24 (Fuegos del Apóstol) y 25 (Día de Galicia), ha indicado que un policía sacó al conductor de la máquina y lo llevó hasta donde estaba él.

Y también ha relatado que Garzón tenía una herida sangrante en la cabeza y que se desplazaba por su propio pie.

Al preguntarle al maquinista qué había pasado, la respuesta fue "la he jodido", después mentó la velocidad, y enseguida preguntó si había heridos; en ese momento, como este cargo lo encontró muy nervioso, le contestó "tranquilo, no te preocupes", y la respuesta que obtuvo fue: "¡Cómo no voy a estar preocupado!".

Garzón fue atendido por los sanitarios, que aseguraron que había que evacuarlo, y por eso este superior encomendó a dos efectivos que le acompañasen para evitar potenciales agresiones.

Antes de eso, en los diez minutos que compartieron, el maquinista, que tenía un teléfono móvil, hizo llamadas, pero no sabe a quién ni el contenido.

Uno de los policías que lo custodió en su traslado al hospital ha destacado que otras de las frases del maquinista, surgidas de manera espontánea, fueron: "madre mía lo que he hecho", "ojalá me pasara a mí", y aparte que se había "despistado" y "perdido las referencias".

En base a este testimonio, igualmente Garzón Amo habría comentado que pensaba que estaba en dos túneles anteriores, que hacía esta ruta "tres veces por semana" y que su seguridad era muy rudimentaria, porque en caso de equívoco no había balizas que corrigiesen un error humano.

El otro policía nacional que estuvo en ese traslado ha dicho que Garzón estaba en "shock", triste y preocupado, que se sentía "culpable", que tuvo un despiste, y que la protección no era adecuada porque estaba "todo en manos del maquinista".

En sala no están presentes los únicos dos encausados, que son el propio conductor de ese tren descarrilado y Andrés Cortabitarte, en su momento responsable de la seguridad en la circulación de Adif.

Ambos, que ya han testificado, están exonerados de acudir y, por tanto, pueden libremente decidir.

AGENDA DEL JUICIO ESTA SEMANA

El miércoles 26 será el turno del interventor del tren que hablaba con el maquinista, con el que estuvo al teléfono durante 100 segundos para intercambiar información sobre la entrada en Pontedeume, localidad en la que se bajaba una familia. Esta conversación no fue comunicada en un primer momento al juez ni a la policía, pero fue clave porque el propio maquinista admitió que le hizo perder la “conciencia situacional” y no frenó para afrontar la fatídica curva, por lo que el tren la inició a 180 kilómetros por hora cuando el límite era de 80. Junto al interventor viajaba un empleado de Prosegur como personal de seguridad que también está citado ese día, al igual que otro empleado de Renfe y el maquinista que llevó el tren desde Medina del Campo hasta Ourense.

El jueves 27 comparecerán ante la jueza dos vecinos que fueron los que auxiliaron en un primer momento al maquinista Francisco Garzón, quien se sienta en el banquillo de los acusados junto al exdirector de Seguridad en la Circulación de Adif Andrés Cortabitarte.

La jornada del jueves se completará con el jefe de circulación de la estación de Santiago y con las de José Ramón Iglesias Mazaira, el jefe de maquinistas de la gerencia de Galicia de Renfe que trasladó un aviso a sus superiores sobre la peligrosidad de la curva de A Grandeira. Mazaira declaró en su día (en 2014) ante el juez instructor y también lo hizo en la comisión de investigación sobre el siniestro en el Congreso de los Diputados (en 2018), donde aseguró que tramitó “de forma impecable” el informe que redactó un año y medio antes de que ocurriera el accidente, en el que hablaba de una serie de anomalías en la vía.