No hay tregua para las familias de los fallecidos en el Villa de Pitanxo, para quienes una bajada al pecio es determinante para clarificar las causas del peor siniestro marítimo en España desde 1978. Creían haberlo conseguido al fin, ocho meses después del hundimiento, pero el Gobierno ha vuelto a diluir este plan como un azucarillo. Desmintiendo además a la propia Comisión Europea.

"En el momento en que la Ciaim nos diga que hay que bajar, atenderemos esa demanda", apuntó esta mañana el delegado del Ejecutivo central en Galicia, José Miñones. Nada que ver con el compromiso cerrado que esta misma semana escucharon del ejecutivo comunitario en Bruselas, a cargo de la máxima responsable de seguridad en el mar, Ioannidou Fotini. "A cargo de una entidad externa, se bajará al barco en primavera o verano del año que viene; esperamos que esa operación aporte elementos adicionales sobre las causas", incidió.

Frente al anuncio de Fotini, que lo pronunció delante de una delegación de las familias en el Comité de Peticiones de la UE, Miñones ha vuelto a apuntar que la bajada a los restos del pesquero no está decidida, sino que está condicionada a una eventual solicitud de la Comisión de Investigación de Accidentes Marítimos, dependiente del Ministerio de Transportes. Las palabras del delegado del Gobierno han vuelto a airar a los familiares.

El Villa de Pitanxo partió de Vigo el 26 de febrero; solo sobrevivieron tres de sus 21 tripulantes.