La Opinión de A Coruña

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El lobo también enfrenta a los científicos

“La especie nunca ocupó más de la mitad de España en los últimos doscientos años”, concluye un estudio científico “El área de distribución del cánido se redujo un 68% desde mediados del siglo XIX”, afirma otro grupo de investigadores

Ejemplar de lobo ibérico en Castilla y León Efe

El lobo levanta pasiones. También entre los científicos. O eso parece, porque en menos de un mes dos estudios, ambos avalados por el Consejo Superior de investigaciones Científicas (CSIC), han llegado a conclusiones radicalmente diferentes. Contradictorias. El primero, publicado hace un mes, concluye que el lobo “nunca habitó en más de la mitad de España en los siglos XIX y XX”, así que su estado de conservación no es desfavorable. El segundo, publicado esta semana, afirma que el lobo “ocupaba en el siglo XIX el 65% de la Península, el triple que en la actualidad”, y que su estado de conservación es “desfavorable”.

Hay un tercer estudio del CSIC, en este caso del pasado julio, que concluye que los métodos de seguimiento utilizados para evaluar el estado de conservación del lobo en España son “insuficientes” y “tienden a sobreestimar tanto el tamaño de las poblaciones como su éxito reproductivo”. Traducido: hay menos lobos de los que afirman las administraciones públicas.

La importancia de los dos primeros estudios radica en que ambos serán esgrimidos en la Audiencia Nacional para dilucidar los recursos presentados por las comunidades autónomas del Noroeste —Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León—y las organizaciones ganaderas contra la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre). Un litigio del que depende el futuro estatus del cánido salvaje en España. El asunto requiere una explicación previa. Las normativas europea y española establecen que las especies de interés comunitario, como el lobo, deben ser objeto de protección si su área de distribución actual ≥ha disminuido en un 50% o más respecto del área de distribución histórica.

La Comisión Europea determinó hace unos años que el lobo debía ser protegido en la Península Ibérica, al estar presente en un área mucho menor que hace un siglo. A la vista de esta conclusión, la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) solicitó al Ministerio para la Transición Ecológica la inclusión del lobo en el Catálogo Español de Especies Amenazadas o, en su defecto, en el Lespre. El departamento que capitanea Teresa Ribera incluyó al lobo en el Lespre hace ahora un año, lo que provocó las acciones judiciales ya citadas.

El primer movimiento fue de Ascel, que presentó un profuso informe en el que se concluye que el área de distribución del lobo ha disminuido en un 68% desde mediados del siglo XIX. En opinión de este colectivo, esta circunstancia obliga al Gobierno a proteger al lobo, aunque defiende que debería estar en el Catálogo, lo que supondría un estatus de protección superior al del Lespre. El estudio fue encargado por Ascel a la Estación Biológica de Doñana, centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EBD-CSIC), dos de cuyos investigadores lo elaboraron en colaboración con un tercero del Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv). El estudio que afirma que el lobo nunca ocupó más de la mitad de España en los últimos 200 años fue elaborado por el CSIC y la Universidad de Oviedo. Analiza la información histórica de la fauna disponible para todo el estado, recopila más de 13.000 registros históricos sobre presencia o ausencia del lobo a nivel municipal desde mediados del siglo XIX. Los autores apuntan que en la década de 1970, “se perpetuó la idea de que los lobos ocuparon casi la totalidad de la España peninsular a mediados del siglo XIX, lo que ha llevado a una percepción sesgada sobre el área de distribución del lobo que ha persistido en el tiempo”.

Todo lo contrario han concluido los autores del último estudio científico conocido sobre el lobo, que ha sido elaborado también por investigadores de la Estación Biológica de Doñana —cuatro en este caso— y el mismo del iDiv alemán, y que ha sido publicado este viernes por la revista científica “Animal Conservation ZSL”. Afirman que el lobo ocupa en la actualidad la tercera parte del territorio que ocupaba a mediados del siglo XIX.

Estiman una reducción del área de distribución del lobo del 68% entre mediados del siglo XIX y la actualidad, “lo que resultó en la restricción actual de la especie al cuadrante noroeste del país”, recoge el estudio. “La supuesta recuperación reciente del lobo en España consiste principalmente en la acumulación de registros de lobo en áreas donde la especie había persistido y la recolonización de algunas áreas periféricas, pero no hay indicios de una recuperación generalizada del rango de distribución histórico”, añaden. Su conclusión es rotunda: “El estado de conservación del lobo en España es claramente desfavorable”. Curiosamente todos los investigadores recurrieron al diccionario geográfico editado por Pascual Madoz a mediados del siglo XIX para determinar el área de distribución del lobo en aquel tiempo. Pero interpretaron los datos de formas muy distintas.

Resta un estudio, elaborado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, que revela que los métodos de seguimiento utilizados en España “sobreestiman tanto el tamaño de las poblaciones de lobo como su éxito reproductivo”. Comprobaron que las manadas del Sistema Central tienen un tamaño medio de 3,5 ejemplares, frente a los entre 8 y 11 lobos que estiman normalmente las administraciones públicas.

Estudio elaborado por el CSIC y la Universidad de Oviedo

  • Área de distribución. El lobo ocupa ahora la tercera parte del territorio que ocupaba a mediados del siglo XIX, por lo que debe ser objeto de protección.
  • Estado de conservación. Es claramente desfavorable.
  • En el juzgado. Este informe es esgrimido por los partidarios de proteger al lobo en España.

Estudio del CSIC, la Estación Biológica de Doñana e iDiv

  • Área de distribución. El lobo nunca ocupó más del 50% del territorio español, por lo que no ha perdido suficiente área de distribución como para ser objeto de protección.
  • Estado de conservación. No es desfavorable.
  • En el juzgado. Este informe es esgrimido por quienes se oponen a la inclusión del lobo en el Lespre.

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