Apenas seis concellos de A Coruña envían sus residuos a la planta de compostaje de Sogama

Los ayuntamientos son Cerceda, Carballo, A Laracha, Santa Comba, Cabana y Santiago | Más del 95% de la basura fue correctamente depositada en el contenedor marrón

Una mujer deposita materia orgánica con la que poder hacer compost.  // Gustavo Santos

Una mujer deposita materia orgánica con la que poder hacer compost. // Gustavo Santos

Roi Rodríguez

La recogida diferenciada de la materia orgánica, una obligación que parte de la Unión Europea, va calando muy poco a poco en los concellos gallegos, aunque todavía queda mucho camino por recorrer y los plazos aprietan.

En total, apenas seis municipios son los que están utilizando los servicios de la planta de compostaje industrial de la Sociedade Galega do Medio Ambiente (Sogama). La lista la conforman Cerceda, Carballo, A Laracha, Santa Comba, Cabana de Bergantiños y Santiago de Compostela, todos ellos situados en la provincia de A Coruña, con resultados excelentes a la vista de los datos.

Así lo acreditan las caracterizaciones de los residuos recibidos. La cantidad de materia orgánica entregada en la planta de compostaje asciende, según las últimas cifras disponibles proporcionadas por la Consellería de Medio Ambiente, a 1.332,80 kilogramos, que arrojan unos porcentajes de propios (residuos correctamente depositados en el contenedor marrón) en torno al 95-97%.

Asimismo, un total de 224 concellos de la comunidad están adscritos al programa de compostaje doméstico que Sogama desarrolla en Galicia desde hace años (con un sistema de tratamiento de residuos diferente a Nostián). 

En el contenedor marrón deben depositarse restos de alimentos como pieles de frutas, sobras de pescado o marisco, espinas, huesos, carne cocida, peladuras de patatas, así como cáscaras de huevo, servilletas, posos del café o papel de cocina usado.

Con ellos se puede hacer compost --que es el abono formado por la mezcla de residuos orgánicos fermentados y materias minerales--, aprovechable como fertilizante e incluso como generador de energía. Entre los errores ciudadanos más comunes detectados está tirar en este recipiente aceite de cocina o cualquier otro líquido, pañales, colillas, chicles, toallitas húmedas, arena para mascotas, pelo o polvo.

A mayores de la planta de Sogama en Cerceda, ya en funcionamiento, está previsto que Galicia cuente con una amplia red de instalaciones en las que estos residuos se transformarán en compost: cuatro plantas de biorresiduos, una en cada provincia, la citada de Cerceda en A Coruña, a las que se suman otras tres en Cervo (Lugo); Verín (Ourense); y Vilanova de Arousa (Pontevedra), que complementarán a otras existentes, tanto públicas como privadas, y más de una decena de plantas de transferencia.

La normativa europea estipula que los municipios deben implantar la recogida diferenciada da materia orgánica antes del 31 de diciembre de 2023. No obstante, el Gobierno, en la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que salió a la luz el pasado mes de abril, recoge la obligatoriedad de que todos los ayuntamientos españoles con población superior a 5.000 habitantes deben tener implantado el contenedor marrón antes del 30 de junio de del año 2022.

De esta forma, como advierte la Xunta, la normativa del Estado se adelanta en año y medio a la de la UE, con riesgo de sanciones para aquellas entidades locales que no cumplan este plazo.

Las directrices de la UE apuntan a que los municipios están obligados a implantar la recogida separada de la materia orgánica, previendo la colocación de contenedores marrones en los principales núcleos de población y siendo el compostaje individual y/o el comunitario el más idóneo para las áreas rurales y más dispersas.

La responsabilidad de la gestión recae íntegramente en los entes locales y son estos los que deben velar por el cumplimiento de la normativa y conocer las posibles multas a las que están expuestos si no actúan conforme a la ley. Son igualmente los ayuntamientos quienes deciden el tipo de contenedor a utilizar, capacidad o localización.

En la mayor parte de los que tienen instaurada esta recogida se usan recipientes con llave o con tarjeta para garantizar una mayor calidad del material y un bajo porcentaje de impropios, lo que se traduce en un compost que puede ser aplicado, sin restricciones, en el sector de la agricultura y de la jardinería.

Teniendo en cuenta el actual contexto económico, la Xunta decidió apostar durante el año 2023 por ampliar hasta el 15% la bonificación del canon de Sogama a todos los municipios adheridos a este modelo con tres condicionantes: que promuevan la reducción de residuos y/o el incremento de reciclaje de envases ligeros; trasladen la rebaja al recibo que pagan los usuarios y que, como novedad, se comprometan a introducir la recogida separada de los biorresiduos antes de que termine el año.