El PSdeG se erigió ayer como una vía de “equilibrio” en la gestión de la vida política y en la respuesta a las demandas de la sociedad no solo frente al PP, sino también frente al BNG, con el que gobierna en coalición en centenares de instituciones. Una de ellas es la Diputación de A Coruña, presidida por Valentín González Formoso, alcalde de As Pontes y secretario xeral del los socialistas. “Esta fuerza política es el equilibrio de esta nación”, declaró ayer antes de diferenciar a su partido de un PP que entiende la administración “como una simple gestoría” o de un Bloque que la aborda como si fuese “una quimera” para conseguir objetivos maximalistas.
Formoso azuzó ayer a los suyos para cosechar el 28-M un buen resultado y sacudirse de encima el que parece un mal momento para las siglas del puño y la rosa, especialmente por el desgaste de la coalición gubernamental con Unidas Podemos. Ante los miembros del Comité Nacional del PSdeG, máximo órgano entre congresos, el líder socialista vistió el traje político de vocación autonómica un día después de anunciar que repetirá como candidato a la Alcaldía de As Pontes, alegando que el compromiso con los proyectos industriales de este Ayuntamiento tendrán repercusión en toda la comunidad.
Ninguna voz consultada en el partido considera acertada esa decisión, porque impide que se centre en el proyecto autonómico. Y aunque ha insinuado que mantiene la intención de ser cabeza de cartel en las autonómicas de 2024, los ciudadanos solo conocen ahora mismo que Rueda relevará a Feijóo como candidato del PP y que Ana Pontón repetirá en el BNG. Carecen de certezas en el PSdeG.
El Comité Nacional de ayer sirvió para aprobar las candidaturas municipales en 231 de los 313 Ayuntamientos, si bien en los próximos días la organización prevé remitir a Ferraz más listas para que sean aprobadas en el Comité Federal del próximo sábado.
Formoso quiso marcar perfil socialista ante un Alfonso Rueda “ausente” como presidente de la Xunta, tanto en el levantamiento de un “escudo social” contra la pobreza, algo que sí hizo, dijo, el Gobierno central, como en la defensa de los intereses gallegos ante la UE.
En su intervención sacó a colación la guerra como otro elemento diferencial. “No somos [los socialistas] sargentos chusqueros, no engañamos a la sociedad para entrar en guerra como hizo el PP diciendo que había armas de destrucción masiva en Irak”, criticó antes de afilar los puñales contra el BNG, sin el cual él no presidiría la Diputación de A Coruña. Lo acusó de “vivir en los años 80” y evitar una condena unánime en el Parlamento gallego contra Rusia, cuya “ansia imperialista mata a 500 personas en Bucha”. “El BNG vive en las Antípodas”, resumió.
En su discurso también se enredó con un elemento que ha generado otro choque en Moncloa entre el PSOE y Unidas Podemos, como es el envío de armas a Ucrania. “Somos socialdemócratas, no nos gusta mandar [tanques] Leopard y no nos gusta mandar soldados a la batalla, pero si esa batalla es por la libertad tenemos que hacerlo”, declaró. Al PP también lo criticó por lo que considera una escasa defensa de los derechos de la mujer.
Críticas al jefe del partido debido a la ausencia de votación en la lista de A Coruña
La reunión del Comité Nacional del PSdeG estuvo descafeinada, pues acudieron alrededor de 150 de sus 500 integrantes. Hubo una veintena de intervenciones, repartidas equitativamente entre partidarios de la línea oficial y críticos afines a la antigua dirección de Gonzalo Caballero, que abandonó el encuentro antes de ese debate por compromisos personales. Quien fuera su mano derecha, Pablo Arangüena, fue uno de los más críticos, y centró sus ataques en la aprobación por aclamación y sin votación de las listas electorales en la ciudad de A Coruña. De hecho, medio centenar de militantes, entre los que se encuentran exediles y ex secretarias generales del PSOE de A Coruña, ya han firmado un recurso contra la asamblea de la que salieron unas listas en las que la alcaldesa, Inés Rey, cambió ocho de los catorce miembros. Arangüena también censuró la acumulación de cargos de Formoso (secretario federal, alcalde y presidente de la Diputación de A Coruña, a falta de saber si será candidato a la Xunta, aunque las listas autonómicas son incompatibles con esos puestos locales). Le pidió ceder la presidencia provincial. Formoso llegó al Comité Nacional un día después de anunciar que optará a la Alcaldía de As Pontes, el Ayuntamiento de casi 10.000 habitantes que gobierna desde 2007 y que es el epítome de la transición energética en la comunidad. Cierra la térmica de Endesa y se abre un nuevo futuro económico. También acudieron los regidores de A Coruña, Lugo, Santiago y Ferrol, pero no el de Vigo.