Los campus urgen a solventar el déficit de expertos en inteligencia artificial en Galicia

Las plazas universitarias en grado y máster no llegan e instan a sumar opciones en FP | La falta de personal y el tamaño de las empresas lastran la apuesta por esta tecnología

Julián Cerviño, Julio Abalde, Miguel Corgos, Antonio López, Manuel Reigosa y José Alberto Díez de Castro, ayer, en Santiago. |   // XOÁN ÁLVAREZ

Julián Cerviño, Julio Abalde, Miguel Corgos, Antonio López, Manuel Reigosa y José Alberto Díez de Castro, ayer, en Santiago. | // XOÁN ÁLVAREZ / C. Villar

C. Villar

Cuando el rector de la Universidade de Santiago, Antonio López, le preguntó a ChatGPT cuáles son los retos de futuro de la inteligencia artificial, la respuesta que le dio la máquina mencionó la ética, la transparencia, la privacidad, los sesgos, la desigualdad, cambios en la economía laboral y la regulación. Al rector compostelano le pareció un diagnóstico “muy correcto” y además “muy alineado” con el informe que las tres universidades gallegas, en colaboración con la Xunta, presentaron ayer en Santiago sobre esta tecnología disruptiva, un documento donde analizan de forma “pionera” los retos normativos y regulatorios que implica y su impacto en el mercado laboral y empresarial. En este último ámbito, del que se ocupó la Universidade de Vigo y cuyas conclusiones presentó Alberto Vaquero, profesor titular de Economía en la institución, los análisis advierten de cómo Galicia es “claramente deficitaria en personal experto en IA” (inteligencia artificial) y se urge a buscar soluciones “inmediatas” a la “presión por atender la demanda actual de perfiles especializados”.

“En Galicia”, explicó Vaquero, “son muchas las empresas que quieren apostar por la inteligencia artificial”, cuyas bondades desgranan en el documento, como su “potencial para duplicar la tasa de crecimiento” de las compañías. No obstante, avisó, “falta personal”, un obstáculo que las empresas solucionan buscando fuera. De forma paralela, defendió no solo atraer, sino también retener el capital humano formado en Galicia, aunque por ahora este no es suficiente. En las recomendaciones del Estudo sobre o marco ético normativo e adopción da intelixencia artificial en Galicia aducen que las plazas de grado y máster, 150 y 60 por curso, “no parece que sean suficientes para cubrir las necesidades futuras”. “En particular” ven “preciso seguir apostando desde la FP para ofertar alternativas”.

Pero la carestía de personal cualificado, factor en el que inciden asimismo “condiciones económicas y laborales relativamente peores que en otras localizaciones”, no es el único pero que ponen las empresas para implementar la inteligencia artificial en su negocio. La Universidade Vigo ha preguntado a cargos “relevantes” de firmas “representativas” de los sectores estratégicos de Galicia y ha concluido que el tamaño es el “principal” factor limitante, seguido de la falta de recursos. Los empresarios le trasladan, aparte de pedir a una mayor interacción entre la empresa y la universidad, la necesidad de ayudas públicas para facilitar las inversiones y es una de las recomendaciones que recoge el documento.

Por un lado, la investigación certifica “un importante trabajo que hacer”, ya que “muchas empresas” solo emplean una hoja de cálculo, de ahí, apuntan, “la importancia del papel de la Administración”. Por otro, no obstante, auguran un futuro “bastante prometedor”, como apuntó Vaquero, si se solventan esas barreras. A su juicio, cabe aguardar un “crecimiento significativo” de la inteligencia artificial en la comunidad.

Los autores ven “potencial” para desarrollar estas capacidades ahora aún “incipientes” y hasta las empresas manifiestan su intención al respecto. Entre los factores diferenciales a favor, mencionan la “clara apuesta” de la Xunta por esta tecnología. De hecho, el Gobierno gallego fue el promotor del estudio realizado por las tres universidades. Si Vigo analizó el impacto empresarial, Santiago se ocupó de examinar hasta qué punto Galicia puede desarrollar una normativa propia al respecto, en especial “de fomento” de la IA, y A Coruña asumió la tarea de identificar indicadores para evaluar los procesos y recopilar estrategias en otros países.

El conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, destacó los aspectos éticos y normativos del proyecto y desgranó las preocupaciones de la Xunta por un uso de las tecnologías inteligentes que cumplan los criterios éticos y normativos más exigentes y en ese sentido se regulará. Corgos explicó al respecto cómo dialogó con una IA sobre en quién recae la “responsabilidad” de asegurarse que la tecnología se emplee de forma ética y responsable y la máquina convino en que era una tarea de “todos”, de ahí que los expertos insten en el estudio a formar y a cualificar a los empleados públicos y a la ciudadanía.

El rector vigués, Manuel Reigosa, incidió en que esta vez Galicia está “en primera línea” para aprovechar la tecnología gracias a la colaboración de sus universidades y a la atracción de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (Aesia), lo que también celebró su homólogo de A Coruña, Julio Abalde, quien animó a trabajar para atraer y retener talento.

Máquinas y humanos, relación con riesgo

Una faceta de la inteligencia artificial que se ha vuelto popular es ChatGPT, que emula conversaciones humanas. Precisamente sobre “El papel del lenguaje para una IA ética y fiable” debatieron ayer en Santiago el catedrático de Teoría de la Literatura Darío Villanueva y el director del Foro de Humanismo Tecnológico de Esade, José María Lassalle, moderados por el director de la Amtega, Julián Cerviño. Villanueva explicó que la inteligencia artificial en el ámbito lingüístico plantea “peligros importantes”, como una posible “suplantación” de la realidad. Citó estudios que detectan que triunfan “cada vez” más los enunciados falsos. “En el momento en que se confunden los límites entre realidad y ficción, entre verdad y mentira, se tambalean muchos principios de la convivencia”, avisó, para alertar contra “un avance peligrosísimo de la posverdad”. Además, Villanueva se mostró “preocupado” por “la deshumanización” a la que la inteligencia artificial puede llevar. Lassalle advirtió que “se está produciendo un enorme salto cualitativo” por la “enorme cantidad de datos” que la IA es capaz de introducir en su aprendizaje. “Eso nos va colocando a los seres humanos en una posición más marginal en muchos aspectos”, dijo, hasta el punto de tender hacia una “progresiva sustitución del ser humano”. Abordar esta situación sin incurrir en procesos de deshumanización pasaría, afirma, por el diseño de políticas públicas, como las que se están planteando ahora en Galicia. No es posible, sostiene, desprenderse de la relación con la AI y el reto es “definir adecuadamente el marco de esa relación sin que el ser humano pierda su centralidad y su capacidad decisoria”.

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