Prisión para la presunta incendiaria de 21 coches en el casco viejo de Tui

Cinco de los vehículos quemados pertenecían a familiares

El coche camuflado en el que la acusada salió del juzgado. |  // JOSÉ LORES

El coche camuflado en el que la acusada salió del juzgado. | // JOSÉ LORES / Judit Bernárdez

Judit Bernárdez

Prisión provisional, comunicada y sin fianza para D. B.G., la vecina de Tui que, presuntamente, quemó veintiún vehículos en la madrugada del lunes en el conjunto histórico de la localidad. La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Tui ordenó ayer su ingreso en prisión por un supuesto delito de daños con riesgo para las personas o, alternativamente, estragos. La mujer, de 50 años de edad, llegó ayer a dependencias judiciales en torno a las 12.30 horas, permaneció allí hasta las cuatro de la tarde y luego fue conducida hasta la cárcel de A Lama.

Los hechos que se le imputan ocurrieron la madrugada del lunes, cuando varios incendios en vehículos en cinco focos de la ciudad sembraban el pánico en el casco viejo, donde reside la propia detenida. En menos de doce horas se produjo su detención gracias al visionado de las cámaras de seguridad instaladas en la plaza de la Armada, donde se quemaron la totalidad de los coches allí estacionados. Con todo, en este punto, la persona que se ve en las imágenes solo plantó fuego a uno de los vehículos, propiedad de un familiar suyo, pero las llamas se llevaron por delante los otros seis aparcados en la plaza, tal y como ocurrió en otros puntos de la ciudad.

En las mismas imágenes, en las que se identificó a Damiana B., se veía supuestamente a la mujer caminando, con dos mochilas y botellas de plástico donde podría llevaba algún producto químico que aceleró la deflagración de los vehículos. No se ve a nadie más, por lo que todo apunta a que actuó en solitario. Asimismo, la investigación también sugiere que cometió los incendios a pie y no en coche, como se podía pensar en un principio, teniendo en cuenta la dispersión de los cinco focos. Entre el primero y el último, si bien se desconoce el orden que siguió, hay más de un kilómetro de distancia y necesitaría al menos quince minutos para recorrerlo.

Plantó fuego en las calles Calvo Sotelo, Ordóñez, Bispo Lago y Piñeiro y en la plaza de la Armada. Entre los 21 coches calcinados se encuentran cinco propiedad de su familia, lo que refuerza la hipótesis de la Guardia Civil sobre el móvil de dichos actos vandálicos: una “venganza familiar”. Estas desavenencias de la presunta incendiaria con sus parientes eran conocidas por los vecinos del casco viejo, donde residía, pero nunca pensaron que llegaría tan lejos. En este sentido, cabe mencionar que la mujer, que vivía sola desde la muerte de sus padres, sufre una enfermedad mental e incluso recibe una prestación por ello.

Tras provocar supuestamente estos incendios, varios vecinos aseguran haberla visto seguir de cerca las labores de extinción. También durante la mañana, en la plaza de la Armada, atendió a los medios de comunicación haciéndose la sorprendida: “Yo la sensación que tenía era como si fuera la guerra. Un humo espantoso, los coches se derretían. Yo nunca viví una cosa tan impresionante como esto”, relató ante las cámaras de televisión.

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