Los CSI del asfalto ultiman el traslado a Galicia para investigar el accidente mortal de Xove

Los agentes de la unidad de élite de la Guardia Civil de Mérida ya analizaron la caída del autobús en el río Lérez la pasada Nochebuena y la muerte de tres jóvenes en la AP-9 en 2019

Retirada del vehículo siniestrado en Xove, en el que viajaban seis jóvenes. |   // E. P.

Retirada del vehículo siniestrado en Xove, en el que viajaban seis jóvenes. | // E. P. / r. Prieto

Su misión es responder a las cinco W. El dónde y el cuándo ya está claro cuando ellos entran en escena. Sobre el cómo ocurrió tienen indicios, pero su tarea será determinar el porqué se produjo y quién o qué es el responsable. Cualquier pista que hay sobre el asfalto, los testimonios o las cámaras de la zona serán piezas clave para que los agentes del Departamento de Investigación y Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (Dirat), con sede en Mérida (Badajoz), recompongan el puzzle de lo que ocurrió en mañana del pasado 1 de abril, cuando seis jóvenes regresaban de una noche de fiesta en la localidad lucense de Xove. Tan solo se está pendiente de cerrar la fecha en que la unidad de élite se desplazará a Galicia para proceder a la reconstrucción del siniestro que se saldó con cuatro fallecidos. Este equipo ya analizó en la comunidad otros accidentes graves, como la caída del autobús la pasada Nochebuena al río Lérez a su paso por Cerdedo-Cotobade, que dejó siete víctimas mortales, o la muerte de tres jóvenes en la AP-9 en 2019 al chocar su vehículo contra el guardarraíl e incrustarse contra la mediana tras volcar.

Una salida de vía, un choque contra un poste y al menos una vuelta de campana en una caída de tres o cuatro metros de altura dejó cuatro pasajeros fallecidos, el conductor herido grave y un sexto ocupante con lesiones leves. De las cuatro víctimas mortales, tres viajaban sin cinturón de seguridad —iban en los asientos traseros—; el copiloto, que lo llevaba puesto, sufrió el impacto por el aplastamiento en esa parte del vehículo. El conductor, tras mes y medio en la UCI, ya ha sido trasladado a planta, aunque tendrá que seguir con tratamiento debido a las graves lesiones sufridas en el accidente. Su testimonio será clave en la investigación, que incluye las pruebas toxicológicas requeridas por el Juzgado de Instrucción número 2 de Viveiro, que asumió la causa, al centro sanitario cuando ingresó y que revelaron una tasa de alcohol superior a la permitida. El pasajero herido leve salió por su propio pie del vehículo, pero abandonó el lugar del accidente —ocurrido sobre las seis y media de la mañana y del que alertó a emergencias un vecino sobre las nueve y media— y regresó desorientado unas tres horas después, cuando los equipos de emergencias trabajaban para recuperar los cuerpos de los cuatro fallecidos y estabilizar las constantes vitales del conductor. Una vez prestó declaración ante la Guardia Civil, se abrieron diligencias por un delito de omisión de socorro tras haberse ausentado de lugar del accidente “sin socorrer a los otros ocupantes del vehículo ni demandar auxilio”.

Junto a las pesquisas que practiquen los agentes del Dirat sobre el terreno, también se prevé que tomen declaración al conductor, una vez su situación médica lo permita, y al pasajero herido leve. Este equipo no interviene en la investigación o reconstrucción cualquier accidente de tráfico. Van al asfalto a recoger pruebas y las analizan en laboratorio en aquellos siniestros que tienen tres o más víctimas mortales, con circunstancias poco claras, con un número elevado de pasajeros, donde estén implicados numerosos vehículos o que haya mercancías peligrosas.

Tres fases

Un informe completo de los CSI del asfalto consta de tres partes. Hay una fase de reconstrucción analítica, que es una reconstrucción matemática y se lleva a cabo desde el punto de vista de la física. Esto permite tener una horquilla de la velocidad del vehículo o vehículos implicados para, a partir de ahí, comenzar a sacar conclusiones.

La unidad de élite de Tráfico también hace una reconstrucción secuencial-gráfica trasladando todos datos de una manera gráfica a la dinámica de un accidente. Con esta documentación visual, un juzgado puede conocer la gravedad de una imprudencia.

En una tercera fase, se hace una simulación informática con un programa de diseño de reconstrucción. Esto es lo que tiene más impacto visual y es el resultado de la fase inicial, en la que se recogen los primeros datos que arroja un accidente de tráfico.

Una vez elaborado el informe pericial, se entregará en el juzgado. Se trata de investigaciones que requieren tiempo por la complejidad del proceso de reconstrucción. Así, por ejemplo, en el caso del accidente en la AP-9 con tres jóvenes fallecidos, el siniestro ocurrió el 29 de mayo de 2019 y el informe se entregó en el juzgado de Vigo en febrero de 2020, casi nueve meses después. Los investigadores de Mérida atribuyeron el accidente a un exceso de velocidad: el vehículo circulaba a 138 km/h en un tramo de la autopista limitado a 100 km/h.

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