Yolanda Díaz, forzada a volcarse en campaña mientras Podemos lanza sus primarias

Sumar afronta su primera cita electoral, las gallegas del 18 de febrero, tras la ruptura de Podemos, que ayer lanzó sus primarias en Galicia, y en una situación claramente adversa: en un escenario difícil para la izquierda como es esa comunidad y sin un candidato de renombre para liderar el proyecto. Esta situación empuja a Yolanda Díaz a aumentar su presencia en campaña, una lucha por el voto que tendrá un carácter estatal como pocas veces ha tenido, debido a que el PP pretende reforzar a Feijóo tras el fracaso del 23-J y no haber llegado a Moncloa –hasta el punto de que tendrá una caravana electoral propia paralela a la de Alfonso Rueda– y a que el PSOE pretende debilitar a este, por lo que se espera un aluvión de anuncios para impulsar al candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro.

En Sumar, el adelanto electoral entraba dentro de lo previsible desde hace semanas, pero aun así la convocatoria ha pillado al partido de Díaz sin un plan de actuación claro, sin figuras de peso en su proyecto y con un escenario de alianzas aún por definir. Se trata del partido de Díaz, como quedó patente en las papeletas del 23-J con su rostro, emulando el debut de Podemos y Pablo Iglesias hace casi una década. Ella es la marca.

En un escenario incierto donde el partido fía sus resultados a su líder, la vicepresidenta segunda acudirá a la comunidad con frecuencia para exhibir todos los avances logrados en materia laboral y aprobados por el Gobierno de coalición.

La líder de Sumar defendió la semana pasada que PSdeG y BNG deben “caminar juntos” en las elecciones; fuentes próximas a la dirección apuntan a una estrategia similar a las generales, donde Díaz y Pedro Sánchez protagonizaron una campaña de no agresión para no disputarse el electorado, sino complementarse. Una estrategia de colaboración y mano tendida que, creen en Sumar, debe reproducirse en este caso.

La campaña gallega tendrá otro punto en común con las generales, puesto que uno de los principales argumentos que Sumar empleará es su papel de “llave” del Gobierno y de voto útil, con la idea de que cualquier alternativa al PP pasa necesariamente por que obtengan representación. Un extremo que no todos dan por hecho en las filas de la vicepresidenta segunda, donde son conscientes de la extrema dificultad del escenario gallego.

Las encuestas le conceden un par de escaños en el escenario más optimista, después de que este espacio político desapareciese del Parlamento en 2020 al perder los 14 representantes de En Marea tras un sinfín de guerras internas.

La alianza con Podemos está descartada al 99% tras su divorcio en el Congreso, aunque los morados tratan de no concurrir en solitario a los comicios. Sus opciones de lograr representación son casi nulas, a tenor de los sondeos.

Aun así, los morados han sido los primeros en activarse y ayer comunicaron el lanzamiento de sus primarias para elegir candidato a presidir la Xunta y listas electorales, así como una consulta sobre posibles coaliciones. Fuentes del partido insisten en que no se descartan alianzas con nadie.

El martes deberá enviarse la propuesta de candidaturas y un día después se validarán estas, que incluirán al cabeza de cartel. El jueves y viernes votarán los inscritos y el día 30 se publicarán los resultados. Como posibles cabezas de cartel, las opciones son limitadas y surgen los nombres de la exsecretaria de Estado Ángela Rodríguez “Pam” o del líder del partido en Galicia, Borja San Ramón.

La opción sobre la alianza dejará la puerta abierta a futuras incorporaciones, que Sumar descarta. De hecho, este confía en lograr un acuerdo final con Esquerda Unida antes del 5 de enero, cuando expira el plazo para registrar coaliciones, pero sigue sin resolver el problema de su candidato. Tras el no de la exconselleira nacionalista Teresa Táboas y del exalcalde de Santiago Martiño Noriega, también nacionalista, las opciones son limitadas y todo apunta a su portavoz en Galicia, Paulo Carlos López, ante la imposibilidad de optar por Marta Lois o por Verónica Martínez, sus dos diputadas gallegas. El adiós de la segunda dejaría su puesto a una miembro de Podemos, partido que abandonó el grupo de Sumar. Si lo hiciese Lois, entraría Manuel Lago, que es uno de los principales asesores del Ministerio de Trabajo. De renunciar, el puesto correría hasta el líder de Podemos Galicia. Sumar no les regalará un acta a sus antiguos aliados.

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