Un millar de granjas de porcino ya aplican mejoras para reducir la emisión de gases contaminantes

Cambiaron la alimentación de los animales y mejoraron el depósito de purines

Una nueva norma de la UE exige bajar aún más la polución

Lechones en una explotación porcina gallega.

Lechones en una explotación porcina gallega. / Iñaki Abella

paula pérez

Santiago

Las flatulencias de las vacas no son las únicas responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero dentro de la ganadería. El sector porcino es también una potencial fuente de contaminación, sobre la que la UE y el Gobierno han puesto la lupa para intentar mitigar su impacto sobre el medio ambiente. Desde 2020 un Real Decreto impulsado por el Ejecutivo central obliga a estas explotaciones a adoptar medidas de reducción de emisiones que van desde cambios en la alimentación de los animales al tratamiento y gestión de purines y estiércol. En Galicia más de 1.000 granjas ya están aplicando estas mejoras. Son el 89 por ciento de todas las que están obligadas a hacerlo.

Pero las exigencias podrían endurecerse. Este mes de agosto entró en vigor una nueva directiva europea que obligará a las explotaciones avícolas y de porcino a reducir con carácter general las emisiones contaminantes un 40% para el año 2050. El Gobierno español tiene ahora un plazo de 22 meses para trasladar la disposición comunitaria a su marco legislativo. En todo caso, desde Unións Agrarias (UUAA) advierten que su impacto será limitado pues solo afectará a las explotaciones de mayor tamaño que inicien su actividad a partir de ahora. “Ya existe una norma medioambiental que obliga a reducir emisiones y, por tanto, ya se ha avanzado mucho, aunque es cierto que esta nueva norma europea será un poco más estricta”, explica Javier Iglesias, de UUAA.

El sector porcino es la principal fuente de contaminación por amoniaco, dentro del sector ganadero español, con un 36 por ciento del total de emisiones de la ganadería. Esta polución se produce principalmente como resultado de la volatilización de los excrementos, ya sea por el alojamiento del ganado, el almacenamiento de estiércol, la deposición de orina y deyecciones en pastizales o después de que el abono se extienda a la tierra.

Pero además las granjas de cerdos son también la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la gestión de estiércoles, especialmente en lo que respecta al metano.

Para mitigar esta contaminación el Gobierno obliga a las granjas de porcino a aplicar técnicas de mejora que reduzcan estas emisiones. Solo quedan fuera de la normativa las explotaciones en extensivo o las de pequeño tamaño o autoconsumo. En Galicia están obligadas a adoptar estas correcciones 1.149 granjas y únicamente 129 han eludido introducir cambios. La comunidad gallega es, en todo caso, la autonomía con mayor grado de cumplimiento, según los datos del Ministerio de Agricultura.

Entre las que sí aplican medidas correctoras, la práctica totalidad ha apostado por disminuir el contenido de proteína bruta en los piensos, lo que contribuye a reducir las emisiones por amoniaco y nitrógeno.

Aún así, el Ministerio de Agricultura en su balance sobre las medidas implantadas en el sector porcino para reducir emisiones alerta de que hay comunidades que superan los valores promedio de emisiones de amoniaco en el alojamiento de los animales y señala a Galicia en el caso de las cerdas de cubrición (preparadas para ser inseminadas) y gestantes, así como en las cerdas en lactación. En todo caso, añade que no incumplirían la normativa pues se permiten excepciones.

En cuanto a las emisiones de nitrógeno Galicia se sitúa como la tercera con más contaminación por cerdo de engorde y la quinta por lechón. Otra de las mejoras introducidas por gran parte de las granjas gallegas consiste en mejorar el almacenamiento de los purines. Un total de 716 explotaciones gallegas han cubierto los almacenes y otras 360 han acometido mejoras como rebajar el coeficiente entre la superficie de emisión y el volumen del depósito de purín, así como reducir la velocidad del viento y el intercambio de aire o su agitación.

El Ministerio de Agricultura, destaca el elevado número de depósitos de purines que se declaran en Galicia respecto al resto de comunidades y lo atribuyen a que son “un sistema idóneo” para la protección del almacén frente a la lluvia “muy común” en esta comunidad. En su informe el Ministerio de Agricultura cifra en un 2,4% la reducción de emisiones de amoniaco logradas en España en 2022 respecto al año anterior.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents