Batidas de jabalíes: ¿solución o futuro «efecto rebote»?

Los ecologistas critican que «se siembran los montes de plomo»

Mientras, los cazadores se lamentan de que la medida llega tarde

La cuadrilla de Os Xustos de Dozón, junto a los jabalís cazados en una batida. |  Cedida

La cuadrilla de Os Xustos de Dozón, junto a los jabalís cazados en una batida. | Cedida

carlos gayoso

Los cazadores de 260 concellos gallegos comenzaron ayer las primeras batidas «sin límite de ejemplares» para dar caza al jabalí después de que el Ejecutivo gallego declarase el pasado jueves la emergencia cinegética para frenar la galopante expansión del animal, que acumula varios meses ocasionando daños y destrozos en numerosos entornos rurales y, también, urbanos de la comunidad gallega, incluida el área de A Coruña.

Se podrán capturar jabalíes de ambos sexos sin ningún tope. Así, se buscará dar prioridad en las batidas a las hembras adultas y subadultas de cualquier edad, así como también a hembras acompañadas de crías, pero siempre que se cuente con una autorización especial previa emitida por la Dirección Xeral de Patrimonio Natural.

La medida no ha sido bien acogida por las asociaciones naturalistas, que auguran que la declaración traerá consigo «un efecto rebote poblacional, como vienen alertando distintos estudios internacionales». Así lo indica la fundación Franz Weber: «La única alternativa que se ofrece a los alcaldes y alcaldesas es sembrar los montes de plomo, lo que generará más camadas antes de tiempo y un mayor número de jabalíes durante los próximos años».

Asimismo, desde la organización admiten que la presencia del jabalí es cada vez «más habitual» en las zonas urbanas. «Se debe a diferentes factores, entre ellos la búsqueda más sencilla de alimento, el hecho de que estas zonas sean seguras frente a la caza y una población con hábitos poco adecuados, desde alimentar a los propios animales a tirar la basura sin cerrar a los contenedores», señalan en Franz Weber.

Por otra parte, la Xunta defiende que la declaración «responde a un análisis pormenorizado y objetivo de las circunstancias actuales en cada comarca» en base a los avisos por daños a la agricultura por el jabalí, de los accidentes de tráfico, de la superficie afectada y del censo ganadero porcino. «Hace falta recordar que no existe un censo oficial de la especie a nivel nacional», indica el Ejecutivo autonómico. «Fue el incremento de los avisos y los datos de capturas obtenidos a partir de la información facilitada por los propios Tecores —alrededor de 18.300 ejemplares en la temporada 2023-2024— los que llevaron a la Xunta a considerar necesario volver a recurrir a esta medida temporal y extraordinaria», incide.

En este sentido cabe recordar que, según los datos de la Consellería de Medio Rural, anualmente la Administración autonómica recibe casi 4.000 reclamaciones de agricultores y propietarios de fincas de cultivo demandando ayudas con las que paliar los destrozos causados por el animal en sus plantaciones. Esto supone una media de más de una decena de denuncias al día a lo largo del año.

Por otra parte, desde el sector cinegético niegan el «efecto rebote» al que hacen referencia los naturalistas. «Tal y como están las cosas hoy con el cambio climático, el jabalí procrea durante los doce meses del año. Es muy complicado que una emergencia cinegética como esta vaya a repercutir después del próximo febrero», señala el presidente del Terreo Cinexeticamente Ordenado (Tecor) de Dozón, José Rodríguez, que critica que la medida se tenía que haber dado antes, al menos, en determinados lugares. «Aquí, en Dozón, el maíz comienza a crecer en agosto, cuando madura su espiga. Si se hubiera abierto la veda en ese momento, ya se hubiesen evitado bastantes daños», apuntala.

«Procrean más rápido»

Rodríguez explica que estos puercos comienzan a criar en función de su peso. «Antes, el jabalí era de raza pura y pesaba en torno a 40 kilos y las hembras empezaban a incubar a sus hijos cuando cumplían los dos años», señala el presidente del Tecor del concello pontevedrés. «Ahora mismo, lo que tenemos es una especie híbrida y mezclada con el cerdo común. Así, los ejemplares que hay pesan entre 100 y 150 kilogramos y procrean a los seis meses de vida; es decir, muchísimo más rápido», asegura.

Con todo, José Rodríguez advierte de que la declaración de emergencia cinegética por parte del Ejecutivo autonómico tiene muchos matices. «Dice que podemos cazar todos los días de la semana, pero con batidas de no menos de ocho cazadores», indica el montero, que critica: «Es complicadísimo cuadrar a ocho personas para salir a cazar, hay que conciliar horarios porque todos trabajamos. No tiene sentido».

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