El PSOE suspende a su portavoz municipal en Santiago, Gonzalo Muíños, y sacude los cimientos de Raxoi
Ferraz fuerza la salida de su vocal en el Concello compostelano "por indisciplina reiterada" | La ejecutiva elige esta tarde a su sustituto a la espera de las consecuencias de una decisión que cambia la aritmética y las reglas de juego del mandato

El portavoz socialista en Raxoi, Gonzalo Muíños. / Jesús Prieto
Martín García Piñeiro
Cuando no se ha llegado ni al ecuador del mandato municipal, la crisis del PSOE de Santiago implosiona y amenaza con volar por los aires los cimientos de Raxoi. Ferraz ha dictado sentencia en el pulso entre el grupo municipal socialista y el aparato del partido con una sanción de 18 meses de suspensión de militancia e inhabilitación para Gonzalo Muíños, portavoz en la corporación local. Aunque sobre el papel no es un expediente de expulsión, en la práctica sí lo es ya que impide al concejal mantener su acta en las filas socialistas y lo empuja a ser no adscrito. Y aunque se trata de un terremoto con epicentro en el PSOE, las réplicas sacuden tanto al Gobierno bipartito como al resto de la oposición, ya que las consecuencias de la decisión pueden cambiar las reglas de juego, las alianzas y los equilibrios para lo que resta de mandato.
La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE acaba de comunicarle esta mañana a Muíños la resolución de su expediente, iniciado en julio, en la que le aplica la suspensión e inhabilitación durante año y medio por una "probada" y "reiterada" indisciplina, que incluye hasta "diez incumplimientos de la normativa del partido". Los 18 meses apartado del PSOE responden "a la suma de cada una de las sanciones impuestas y a cada uno de los incumplimientos acreditados", aunque fuentes socialistas próximas a Ferraz aseguran que siempre se han aplicado los baremos más bajos de las horquillas que contempla el reglamento, teniendo en cuenta que se trata, en todos los casos, de "faltas graves o muy graves" de la normativa socialista.
La mayoría de ellas tiene que ver con la "obstrucción a la labor y las decisiones de los órganos del partido" o la "actuación, por acción u omisión, en contra de acuerdos adoptados por los órganos de dirección". En lenguaje terrenal, una nula coordinación con el aparato del partido que llevó a Muíños (y por extensión al grupo municipal) a actuar por libre.
Además, Muíños vulneró, según Ferraz, la esencia del compromiso que firmó para ser candidato del PSOE en Santiago: su "obligación de acatar las resoluciones, directrices e instrucciones que, en el ejercicio de sus competencias y con impacto en el ejercicio de su función como candidato, y en su caso, como representante institucional del PSOE, que dicten los órganos del partido, asumiendo las consecuencias ligadas a la indisciplina que deriven de ello”.
La resolución pone fin a meses de tramitación e investigación a cargo del instructor nombrado en el procedimiento, Moisés Rey. La dirección estatal del PSOE asume así íntegramente la propuesta de resolución elevada por Rey el 27 de diciembre, dentro de un expediente contra Muíños que originalmente se abrió por 15 incumplimientos de normativa, de los que finalmente solo se acreditaron diez.
Las VUT, en segundo plano
El expediente de Ferraz, firmado con fecha del miércoles por la tarde, pasa de puntillas por la polémica de las Viviendas de Uso Turístico (VUT), pese a que en su momento pareció ser el detonante de una crisis que, en el fondo, venía de más atrás, en concreto del otoño de 2023, cuando Aitor Bouza asumió las riendas de la ejecutiva del PSOE de Santiago.
La falta de 'feeling' entre ambas facciones, partido y concejales, fue evidente desde el minuto uno y la situación se fue tensando y deteriorando hasta que el pasado 26 de junio, en el pleno, el grupo municipal votó en sentido contrario a lo dictado por la dirección local del partido, una decisión que visibilizó una crisis interna de calado.
Sin embargo, Ferraz zanja esta indisciplina de Muíños y del grupo con un simple apercibimiento y sin sanción, ya que "quedó acreditado" que en la tramitación del expediente de las VUT tanto la ejecutiva de Bouza como el grupo municipal defendieron exactamente lo mismo en el fondo de la cuestión: la regulación de los pisos turísticos. La discrepancia se limitó a la estrategia a seguir en la negociación con el Gobierno bipartito de BNG y CA para aprobar el texto. En concreto, la ejecutiva local quería condicionar el sí del PSOE a la normativa VUT a ampliar las medidas en materia de vivienda como la declaración de zonas tensionadas o el abordaje del problema de los pisos vacíos; mientras que el grupo municipal se limitaba a aprobar la ordenanza sin exigencia alguna a mayores. Una ordenanza, recuerdan, que era idéntica a la del PSOE de Bugallo y que el BNG había rechazado en su día.
El hecho de que Ferraz quite hierro a lo ocurrido con las VUT y lo limite a un apercibimiento tiene consecuencias directas en el resto del grupo socialista, ya que los otros cinco concejales (Mercedes Rosón, Sindo Guinarte, Marta Abal, Mila Castro y Marta Álvarez) mantienen expedientes abiertos por esa votación sin acatar la orden de partido en el pleno del 26 de junio. Sin embargo, vistos los antecedentes con Muíños en la materia, todo apunta a que solo serán apercibidos.
Escenarios posibles
Más seria es la sanción a Gonzalo Muíños, ya que implica su separación del grupo municipal del PSOE por 18 meses, lo que obliga al partido a elegir nuevo portavoz, un trámite que la ejecutiva local quiere zanjar ya por la vía rápida esta misma tarde, en una reunión exprés con el resto de los concejales, según fijan las normas del partido.
Sin embargo, eso es sobre el papel, porque en la práctica apartar a Gonzalo Muíños puede tener consecuencias impredecibles ya no solo en el grupo municipal, sino también en el conjunto de la corporación, cuando queda todavía más de medio mandato por delante. Los escenarios que se abren ahora mismo en Raxoi son varios y se irán configurando en las próximas horas o días.
En los primeros momentos de la crisis del PSOE, cuando la situación estaba más inflamada, el grupo municipal formó una piña inseparable que actuaba como una única voz, llegando a amenazar en círculos internos que la expulsión de uno acarrearía la marcha de todos. Sin embargo, hoy no parece que la situación sea la misma, por lo que la hipótesis de que el PSOE se quede sin grupo municipal es ahora remota.
Otra opción es que Gonzalo Muíños renuncie a su acta (algo que nadie considera) o que acabe solo en el grupo de no adscritos de la corporación, manteniéndose los otros cinco ediles en el PSOE. No hay que olvidar que en esta polémica también hay dinero en juego, pues Muíños cobra una dedicación como edil socialista que en el grupo no adscrito no podría percibir.
Otra posibilidad que está sobre la mesa es que el hasta ahora portavoz arrastre a algún compañero con él en su marcha a los no adscritos, lo que cambiaría los equilibrios de la corporación, las relaciones y las alianzas. Sin ir más lejos, no hay que olvidar que fue Gonzalo Muíños quien negoció el sí a los presupuestos municipales para 2025 con BNG y CA, un pacto que podría saltar por los aires, obligando a Goretti Sanmartín a renegociar sus cuentas con más actores.
Es solo un ejemplo del terreno pantanoso en el que podría adentrarse Raxoi tras la implosión del PSOE, a la que también está muy atento de reojo el PP. El escenario de la moción de censura si el grupo de no adscritos crece tampoco es descartable, por improbable que parezca en una corporación donde, al menos durante unos días, parece que nadie podrá dormir tranquilo.
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