La red de tráfico de Rivotril desarticulada en Galicia implica a dos médicos y un psiquiatra

La Guardia Civil detuvo al cabecilla de la trama y su pareja fue llevada al cuartel de Cangas en calidad de investigada | También hay doce farmacias involucradas y nueve imputados

Los agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana, entrando en el edificio ocupa.

Los agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana, entrando en el edificio ocupa. / Santos Álvarez

Juan Calvo / A. Otero

Cangas

Golpe al tráfico de un ansiolítico de brutal potencia que mezclado con hachís hace estragos entre los jóvenes. La Guardia Civil detuvo en la mañana de ayer en un céntrico inmueble de Cangas a un individuo señalado como el supuesto cabecilla de una red que comercializaba el Rivotril. Una operación en la que el instituto armado implica a un total de 16 investigados, entre ellos, tres médicos de centros de salud de Cangas y Vigo, dos psiquiatras y también a un farmacéutico, y que había comenzado ya en 2022 con la detención de un influencer de Moaña, ocho farmacias investigadas, una de Cangas, otra de Moaña y seis más en la ciudad de Pontevedra.

El detenido, J.M.J.J., de 56 años, el principal objetivo de la operación. |  Santos Álvarez

El detenido, J.M.J.J., de 56 años, el principal objetivo de la operación. | Santos Álvarez

Al subdelegado del Gobierno en Pontevedra «lo que más preocupa» de esta investigación es «siempre, con el máximo respeto a la presunción de inocencia, la presunta implicación en esta red de médicos del Sergas de Cangas y Vigo así como de varias farmacias», subraya Abel Losada en un audio enviado a los medios sobre la operación avanzada en exclusiva por Faro de Vigo, del mismo grupo editorial que LA OPINIÓN, en su edición digital de ayer. Tanto los tres médicos de Familia investigados como los dos psiquiatras pertenecen al Servicio Galego de Saúde. A los cinco se les acusa de un presunto delito de falsedad de documento público (recetas) y otro contra la salud pública. Respecto al farmacéutico, se le investiga por supuesta falsedad documental que habría cometido al expedir Rivotril sin, supuestamente, comprobar la identidad de la persona que recogía el medicamento y su receta.

Dirigida por el juzgado de Instrucción Número 2 de Cangas, el objetivo número 1 de la denominada Operación Rivotril cayó a primera hora de ayer, cuando agentes de la Guardia Civil de Cangas entraron en un edificio ocupa de esta localidad, en la calle Atranco. Apoyados por la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC), perros y drones de este cuerpo, registraron el inmueble y procedieron a la detención, acusado de tráfico de drogas, de un conocido politoxicómano de Cangas, J.M.J.J., de 56 años. Junto a él estaba su pareja, de 59, que también ha sido incluida entre los investigados en esta operación. Ambos cuentan con un amplio historial de antecedentes policiales.

De acuerdo con la nota enviada desde la Comandancia de la Guardia Civil en Pontevedra, en este registro en Cangas se aprehendieron numerosos envases de fármacos psicotrópicos (523 pastillas), un parche de fentanilo, 20 gramos de marihuana y nueve pastillas de metadona.

El detenido, según confirman fuentes cercanas a la investigación, tenía pautado el Rivotril por la Seguridad Social. Sin embargo, además de consumirlo, los agentes sostienen que intercambiaba los comprimidos del citado ansiolítico con menores de edad a cambio de otras drogas, como cocaína, y que también vendía el psicotrópico para obtener una considerable ganancia de dinero.

Los investigadores aseguran que el Rivotril, marca comercial del ansiolítico clonazepam, ha ganado una enorme popularidad entre los jóvenes de Cangas. Una nueva y temeraria moda. Incluido en la lista IV del anexo al Convenio de Viena de 1971 en el que se basa la legislación española sobre drogas, al clonazepam se le atribuyen propiedades anticonvulsionantes, razón por la cual su prescripción se ha generalizado en enfermos de epilepsia. Por este efecto estabilizador del ánimo, sedante, es por lo que el Rivotril se ha convertido en uno de los ingredientes principales del Karkubi, más conocida como «la droga de los pobres», muy consumida en Marruecos.

La mezcla del Rivotril con hachís tiene consecuencias demoledoras. El efecto original del psicotrópico se diluye: de la sedación se pasa a la inconsciencia y de ahí a la agresividad. Como han podido constatar los agentes de Cangas en estos casi dos años de investigación, algunos de los jóvenes que consumieron Karkubi acabaron internados en centros psiquiátricos y adictos a este cóctel narcótico.

Farmacias implicadas

El operativo desplegado ayer en Cangas es el colofón a unas pesquisas que arrancan en 2022, al detectar la Guardia Civil supuestas irregularidades en la venta de Rivotril por parte de farmacias de la provincia de Pontevedra, una de ellas ubicada en Cangas, donde se expedía este medicamento a menores sin que estos aportasen la documentación necesaria para adquirirlo. Según las citadas fuentes, esta manera de actuar generó grandes cantidades del psicotrópico con las que después se traficaba.

Fue así como la Guardia Civil de Cangas, tras una exhaustiva investigación, destapó una presunta organización criminal compuesta en gran parte por menores de edad, y terminando con la imputación de hasta doce farmacias por un delito contra la salud pública.

Pero las pesquisas no acabaron ahí, sino que continuó el pasado año poniendo al descubierto la supuesta participación en la red y de forma «desmedida» de los tres médicos de centros de salud de Cangas y Vigo, de los dos psiquiatras también del Sergas y del farmacéutico.

Los agentes pudieron comprobar que había pacientes que llegaban a tener pautadas la cantidad de 6.000 comprimidos, lo que supondría que tomaría unas 16 pastillas por día, algo que los investigadores, según informes médicos solicitados, «es totalmente imposible».

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