La mitad de los concellos incurre en un ‘sobregasto’ de 130 millones

El pasado año, un total de 149 concellos —casi la mitad de los 313— arrancaron el ejercicio arrastrando más gastos que ingresos ordinarios, lo que llevó al recurso de financiación adicional mediante deuda. A este sobregasto le acaba de poner la cifra exacta el Ministerio de Hacienda. Fueron 129,2 millones de euros de desfase, que resultó posible porque estaban en suspenso las reglas fiscales que obligan a las administraciones locales a cerrar sus ejercicios presupuestarios en equilibrio.

Si embargo, este escenario que es lo normal desde hace años, se flexibilizó por el COVID y luego a raíz de la guerra de Ucrania y la espiral inflacionista energética, que llevó a que en toda Europa se relajaran las reglas de gasto, dando pie a incurrir en déficit para poder afrontar, con más garantías, el exceso de gasto derivado del contexto internacional.

La provincia en que más «sobregasto» incurrió al cierre de 2023 fue la de Lugo, llegando a 40,5 millones de euros por parte de 39 municipios, según los datos del Ministerio de Hacienda. Pero gran parte de este desfase pertenece a un solo concello, al de la capital, Lugo, al que se atribuyen 14,5 millones de euros en números rojos. Es la administración local que más necesitaría de la financiación exterior para cuadrar sus cuentas.

Únicamente otra ciudad, la de Ourense, registró un comportamiento similar, solo que en su caso el déficit ascendió a 6,3 millones de euros. Todas las demás urbes cerraron sus balances en positivo: A Coruña lo hizo con 19,3 millones; Vigo, con 2,3; Pontevedra, con 11; Ferrol, con 1,3; y Santiago, con 3,3.

En la provincia de A Coruña fueron 41 los concellos con más gastos que ingresos ordinarios, con un desequilibrio de 35 millones, siendo el más exagerado el correspondiente a Arteixo, por encima de los 11 millones. Superando el millón estuvieron también Ames (3,2), Coristanco (1,2), Narón (2,1), Oleiros (1,9), O Pino y Vimianzo.

En la provincia de Pontevedra, el déficit ascendió en total a 36,1 millones distribuidos entre 28 ayuntamientos. Un tercio de esos números rojos corresponde al Concello de Lalín, al que Hacienda atribuía un desfase de financiación de 10 millones para cuadrar su balance. Le seguían A Estrada y Poio con 3,2 millones, O Porriño (2,6) y Silleda (1,5).

Y en la provincia de Ourense, fueron 41 los ayuntamientos en esta situación con un «agujero» de 17,4 millones en total. Tras la capital, figuran como los más afectados Vilariño de Conso (1,5), Verín (1,4) o Viana do Bolo (1,3).

La suspensión de las reglas de gasto ha supuesto un cambio de dinámica en el comportamiento financiero de las entidades locales, contando también a las diputaciones. En el año 2017, en el total de España, el superávit ascendió nada menos que a 8.400 millón de euros, aunque al cierre de 2023 se rebajó a 1.374. No obstante, en 2011 —en plena crisis mundial—, concellos y diputaciones presentaban un balance negativo global de 664 millones. «En el conjunto de las entidades locales, el número de las que presentan saldos no financieros negativos es más alto de las que se encontraban en esta situación en 2011, pasando de 3.364 entidades en dicho año a 3.526 en 2023. Sin embargo, por importes, el saldo negativo desciende un 7,7%: de -2.294 millones en 2011 a -2.117 en 2023», resume Hacienda.

En consonancia, disminuyen un 20,6% las que presentan saldos positivos en el periodo de 2011 a 2023: de 4.162 a 3.305 entidades. Sin embargo, por importes, estos saldos se multiplican por más de dos en dicho periodo, pasando de 1.630 millones a 3.491.

Y esto es lo que permite que el saldo neto sea de 1.374 millones en el conjunto de España.

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